El embarcadero del Ebro, ese en el que durante la pasada legislatura PSOE y PR se dejaron más de 900.000 euros, sigue viendo pasar el tiempo y su uso por segunda temporada consecutiva, si bien impulsado tras la apertura de la cafetería el pasado mes de mayo, es prácticamente testimonial.
El proyecto de ocio en el río continúa sin salir adelante de la manera en la que fue concebido y solo la concesión administrativa del bar-mirador por parte del PP, y no sin pocos problemas, ha venido a darle algo de aire durante su segundo año de vida.
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