Carriles derechos de uso «compartido y preferente» para ciclistas. Así será la renovada Gran Vía de Logroño, donde la velocidad quedará establecida en los 30 km/h, con prioridad para las bicicletas, elevándola en los carriles interiores -los izquierdos- hasta los 40 km/h para el resto de vehículos.
La supuesta ‘pacificación’ del tráfico en una de las principales arterias de la capital de La Rioja es vista con reservas por parte de colectivos ciclistas urbanos como Logroño en Bici, desde donde se recuerda que actualmente el límite en toda la calle ya es de 30 km/h. Su deficiente señalización ha hecho que en la práctica la velocidad media registrada no sea ni de 30 km/h ni siquiera de 40 km/h como en el resto de la ciudad. Al menos así lo entiende la Administración local.
Ya en un principio, Movilidad contempló incluso la posibilidad de instalar cámaras para controlar una velocidad que desde su inauguración en el 2007 nunca se ha respetado. Todo quedó sobre el papel y es ahora cuando el Ayuntamiento ha optado por llevarlo en parte a la práctica. «Los nuevos límites en ningún caso servirán para aumentar velocidades, porque la realidad es que hasta la fecha todos sabemos cómo se ha estado circulando durante años», precisa el concejal de Desarrollo Urbano, Pedro Sáez Rojo, mientras el usuario de la bici se pregunta el porqué.
Las explicaciones oficiales no parecen convencer a Logroño en Bici, que ha reaccionado ante los planes municipales advirtiendo de que «se está presentando como una medida de pacificación cuando en realidad lo que se está haciendo es subir el límite de velocidad en uno de los carriles».
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