Supongo que a estas alturas de legislatura, transcurridos ya 17 meses desde la toma de posesión de la nueva Corporación municipal, quien más, quien menos, habrá oído en Logroño hablar de lo que se ha venido a llamar ‘doctrina Merino’, término acuñado por el PSOE para referirse al cambio de actitud sufrido por el PP tras el paso de la oposición al equipo de Gobierno o, dicho de otro modo y para que nos entendamos, expresión con la que los socialistas tratan de denunciar el trecho que va del dicho al hecho.
Corría el mes de abril del 2010 cuando el entonces edil de la oposición, hoy concejal de Alcaldía y Deportes además de portavoz del Grupo Municipal Popular, Javier Merino, asestaba un ‘golpe bajo’ al equipo de Gobierno de PSOE y PR al desvelar que hasta cuatro de sus ediles se habían beneficiado de las ayudas incluidas dentro de las prestaciones sociales a empleados públicos “para cambiarse la boca o ponerse gafas”. Golpe bajo porque, según precisaban después los propios denunciados (Beatriz Arráiz, José Luis Prado, Concha Arribas y Ángel Varea), fueron los populares quien ya en el 2004 incluyeron a los concejales entre los funcionarios que podrían solicitar los servicios médicos y las ayudas de carácter sanitario recogidas en convenio…
Hoy, más de dos años y medio después, las tornas han cambiado y son los socialistas quienes, con la ‘doctrina Merino’ en la mano, denuncian que todo un teniente de alcalde como Pedro Sáez Rojo goce de ‘chiquibeca’ pese a su elevada renta… incluso que algún que otro concejal popular se beneficie de las bonificaciones en el IBI y en el agua por ser familia numerosa. El PP se defiende aclarando que en caso de podérsele achacar una doctrina a su edil esa es precisamente la de “disfrutar de privilegios exclusivos por el mero hecho de ser concejal”, algo a su juicio muy distinto a las ayudas recibidas por, por ejemplo, Saéz Rojo, a las que puede optar cualquier logroñés que cumpla las bases.
Ajustado a la ley, sí, pero «ética y moralmente un escándalo», dijo entonces Merino… siendo precisamente lo mismo que ahora dicen socialistas como Carlos Navajas o Domingo Dorado, según se pudo escuchar en el último pleno municipal. Que si Merino para arriba, que si Merino para abajo… Javier Merino, el “concejal número 11 del PSOE en el Ayuntamiento de Logroño”, según éstos, al entender que él solito les dejó argumentada parte de la oposición para esta legislatura (a ellos, que tienen representación municipal, y a quienes no la obtuvieron pero entienden el comportamiento de Rojo igual de denunciable). A eso se le llama trabajar en equipo… en Corporación, siendo como es un ayuntamiento.