Lo del jueves no sirvió para nada porque el derribo estaba decidido de antemano. Si acaso para clarificar posturas: la Federación de Asociaciones de Vecinos, en general, y la de El Carmen, en particular, se posicionaron pública y abiertamente en tal concatenación de sesiones plenarias alineándose con el PSOE, si bien desde el PP se sospecha que es el PSOE quien se alinea oportunamente con los vecinos.
La supresión del paso inferior de Duques de Nájera bajo la glorieta de Vara de Rey no es algo nuevo. Lleva años en los papeles. Sucede que nadie parece haber caído en la cuenta hasta que ha tenido las obras a las puertas de su casa justo cuando se supo que nos pillaba el tren. Lógico y normal por una parte. El debate, en cualquier caso, está en la calle. Legítimo y necesario por la otra. Túnel sí, túnel no, esa es aparentemente la cuestión. Y teniendo en cuenta que con los datos en la mano el nudo viario funcionaría con o sin él, toca pensar que se trata de una decisión puramente urbanística. Y es ahí donde quizás se haya pecado, al hablar tanto de estación, de parque y ahora de glorieta o paso inferior, cuando hubiese sido preferible hacerlo de suelo, de parcelas para pagar esa estación, ese parque y esa glorieta o paso inferior.
Urge liberar terrenos y venderlos, sí, pero sobre todo urge que haya compradores interesados en adquirirlos. La sombra del crédito sindicado por devolver que vence a la vuelta de la esquina sobrevuela y no sólo por la primera fase. Va más allá de Vara de Rey o de Duques de Nájera. Tras años de estudios, de informes, de análisis, de que si la solución es esta o es la otra, igual es que Logroño, en su conjunto, se ha metido en un túnel. La pregunta, por tanto, sería con o sin salida.