Tuvo que esperar a cumplir los 100 años para que el Ayuntamiento de Logroño lo declarase como «edificio emblemático de la ciudad, que suma a su calidad histórica un extraordinario valor educativo y social» y la Administración local mostrase públicamente su «inequívoca voluntad» de que el uso del mismo fuese el de dotacional-escolar asignándole un nivel de protección II por su «importancia arquitectónica». Sin embargo, casi 10 años después, tal declaración parece haberse quedado en papel mojado… de la misma manera que la reforma integral anunciada más recientemente por el Gobierno de La Rioja. El paso del tiempo agrava el deterioro del centenario centro pese al continuo parcheado.
Hablar del Instituto de Educación Secundaria Práxedes Mateo Sagasta es hacerlo de mucho más que un IES al uso… es hablar de la institución de enseñanza por excelencia de la capital de La Rioja. El actual edificio se construyó durante el último lustro del siglo XIX según el proyecto del arquitecto Luis Barrón, siendo inaugurado tal y como se le conoce en el 1900… Se trata de uno de los más notables ejemplos de arquitectura civil con que cuenta la ciudad de Logroño, si bien su estado dista mucho del que se le presupone a un bien de tales características que, para más inri, atesora tras sus gruesos muros un rico patrimonio que supuestamente iba a ser puesto en valor.
«Si con la fachada principal hacemos lo que podemos y muestra su cara más decente, la parte trasera, más olvidada y castigada además con un problema añadido como es la cercanía de una zona de ocio nocturno, ofrece su aspecto más lamentable», reconoce Alberto Abad, nuevo director del IES tras la jubilación de Francisco Rosa. Puertas y ventanas carcomidas por las termitas, cristales rotos, suciedad de la colonia de palomas que habita el entorno… el estado del edificio, protegido como es, puede hacer llevarse a más de uno las manos a la cabeza, pero lo peor, sin exageraciones, está dentro.
Goteras, humedades, desconchones aquí y allá… El histórico espacio ubicado en la Glorieta del Doctor Zubía, cuya figura está presente dentro y fuera del centro, lanza su particular SOS. «Se van arreglando los desperfectos que van surgiendo, pero solo una reforma completa pondrían fin a los problemas… achaques de un edificio centenario que conserva muchos de sus elementos de construcción originales», diagnostica Alberto Abad, quien sitúa en la acción de las terminas y la inacción del sistema de calefacción sus principales problemas en la práctica.
El resto, por muchos lavados de cara que se le den, dejan al descubierto que lo que urge es la prometida reforma integral. «Solo cambiar las puertas y ventanas de madera que dan a la calle y a los dos patios supone 1,5 millones de euros», explica Abad consciente de que la crisis se cruzó con el proyecto aplazándolo sine die. Ello ha llevado a que, solo por poner un ejemplo, recientemente se haya optado por ‘tabicar’ la parte baja de una de las puertas traseras por el coste de cambiarla entera y ante el riesgo de que se viniese abajo del todo.
Desde la dirección del centro ‘laico’ se aclara que desde la Consejería de Educación se asume religiosamente el constante goteo de reparaciones, si bien «da para lo que da y dura lo que dura». Y lo cierto es que el edificio ha sido sometido a reformas a lo largo del tiempo para solucionar los problemas que iban apareciendo –como la intervención en la que sustituyeron las cubiertas entre el 1996 y el 1997–. Sin embargo, el IES, por cuyas aulas pasan más de un millar de alumnos al día, sigue mostrando desperfectos a cada caso… «No vale con una capa de pintura que los disimule pues, al poco tiempo, vuelven a aparecer», concluye Abad, quien aclara que el centro cuenta con los medios necesarios siendo lo que falla, «digámoslo así, el cascarón».
Si bien entre el 2008 y el 2009 se habló mucho de la reforma integral del IES Sagasta, llegando incluso a barajar su fecha de inicio para el 2010, lo cierto es que, más de dos años después, el centro, que además forma parte de la asociación de institutos históricos, sigue a la espera. Desde la Consejería de Educación se precisaba ayer que el proyecto no se ha abandonado en absoluto –si bien desde el propio IES se ve más complicado según pasa el tiempo y avanza la crisis– y que se sigue trabajando en el plan que debe culminar con la remodelación de todos y cada uno de los espacios. Estancias nobles como el salón de actos o la biblioteca, dos de las joyas del inmueble, aguardan entre ‘paños’ con los riesgos que ello supone para tal patrimonio.
P. D.
Por si alguien no se ha percatado el reportaje fotográfico (publicado en Diario LA RIOJA junto a este mismo texto) es del compañero y amigo Jonathan Herreros. Creo que es de justicia dejar constancia de ello cuantas veces haga falta… Al César lo que es del César y al Jonathan lo que es del Jonathan.