Se veía venir. La división era tal que, tras el cambio en la portavocía, la ruptura total era cuestión de días. De ocho días exactamente. Luena ha roto definitivamente la baraja. ¿Consecuencias? Sólo el tiempo lo dirá. Los acontecimientos se han desencadenado más rápido que los plazos que se iba marcando el propio comité local. Prueba de ello es que los afiliados se enteraban de una futura asamblea en septiembre para abordar la crisis interna cuando la Comisión Ejecutiva Municipal ya era Excomisión Ejecutiva Municipal y, por tanto, la convocatoria carecía de validez.
“Lo del PSOE”. Así titulaba el pasado lunes mi artículo de análisis/opinión quincenal (ver en la P. D. de abajo) tras la sustitución de Arribas por Dorado al frente del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento. Sin embargo, lejos de quedarse sin sentido tras lo de ayer, creo que con el descabezamiento de la Agrupación Socialista de Logroño y el nombramiento de una gestora, “lo del PSOE”, adquiere mayor significado si cabe… solo habría que cambiar el título por algo así como “Lo llaman democracia (interna) y lo no es”. Y es que, si alguna vez alguien pensó que la hubo, “La democracia (interna) era esto”.
Es en la tan traída y llevada democracia interna, y no en otro sitio, donde hay que buscar el intríngulis del asunto, ese concepto ‘pedregoso’ en el que el PSOE tropieza una y otra vez. Y digo el PSOE porque precisamente son los socialistas quienes más presumen de la democracia de su partido. El refranero, sabio como ninguno, ya lo advierte: Dime de que presumes… Y no, no se equivoquen, no es precisamente por la suspensión unilateral de la dirección local mayoritariamente apoyada por la militancia de Logroño hace apenas un año, que también.
Que Ferraz ratifique la decisión de Martínez Zaporta sin escuchar a la parte afectada no es más que un ejemplo, y todos lo saben. Y lo peor de todo es que lo avalan las normas que ellos mismos se han dado. Que se lo digan a Borrell en su día en Madrid o a Sufrategui más tarde en La Rioja. Curiosamente algunos de los que ahora hablan de “golpe de Estado”, “cacicada” y un largo etcétera de calificativos sobre lo ocurrido en Logroño hablaban de “democracia” cuando se le cortaron las alas a Santiago, quien ‘osó’ disputarle la dirección a Martínez Aldama. Sería interesante saber qué piensa el abogado de todo lo que ahora acontece. El partido siempre es el partido, porque así viene reflejado en sus estatutos. Y si algo se escapa a su control ahí están los reglamentos para interpretarlos. Dicho de otro modo, el aparato siempre ha sido el aparato y llama la atención que ahora algunos se rasguen las vestiduras. Luena ahora es ‘Luonone’ de la misma manera que kiko era ‘kikone’, que lo se pregunten si no a Izquierda Socialista.
Lo llaman democracia (interna) y no lo es… Quienes han apostado por la partitocracia vienen ahora hablando de democracia, pero tampoco están limpios. Es el partido que han elegido. La propia Ortega, quien fuese secretaria de Organización del PSOE de La Rioja, lo sabe… y en Haro creo que pueden dar testimonio de ello.
Lo escribí un 4 de octubre del 2010 tras el fallido intento de primarias en el PSOE de La Rioja y miren si tiene que ver: “…con las agrupaciones locales montadas a imagen y semejanza del líder indiscutible e incuestionable, cómo puede alguien de fuera, sabiéndose discrepante, empezar a trabajar… ¿Acaso se le dejaría? La respuesta, y en el PSOE lo saben bien, es que no…”. El caso es que aquí, para más inri, no era nadie ni de fuera ni nuevo.
Y es que, como tantas y tantas veces ha sido puesto de manifiesto, bajo esa fachada democrática que nos quieren hacer ver de puertas afuera lo que se cuece dentro son unas redes clientelares y notables dosis de amiguismo que mantienen la casa desde el suelo hasta lo más alto del techo en torno a la denominada disciplina de partido. Y el que se mueve, tal y como le pasó al bueno de Santiago, no sale en la foto. Mucho me temo que o cambia la normativa y, por tanto, las reglas del juego, o habrá quien siga sin salir. Y muchos más que ni quieran entrar. Partido partido.
P. D.
“Lo del PSOE”
El otro día me encontré con él. Ciudadano de a pie, logroñés de calle… uno cualquiera que pasaba por ahí y que me soltó de sopetón que cómo estaba viendo “lo del PSOE“. Alguien a quien, tras una semana acudiendo puntualmente al quiosco, ya le sorprendió que el lunes le mostrasen «apoyo unánime» a Arribas sin venir a cuento para el martes confirmarse su ya sabido de antemano cambio en la portavocía. De la guerra del miércoles, con repetición el jueves, dice que era latente. De la tregua del viernes, que no cree que vaya a durar. Él, que siempre ha criticado lo cocinado y bien cocinado que está todo en los partidos políticos, aunque luego no resulte buen guiso y no haya nadie con un mínimo de papilas dispuesto a llevarse la cuchara a la boca, no acierta a comprender por qué unos y otros se empeñan en llamarlo democracia interna cuando se parece más al juego de las sillas. Que las discrepancias, lejos de centrarse en el ideal, se focalizan sólo y exclusivamente en lo personal. Que una diga que ha conseguido unir en su contra a quienes antes no podían ni verse tal y como ellos antes ya hiciesen aparcando odios para dar un toque de atención al otro no viene más que a confirmarlo y no basta para articular proyecto alguno. Me dice que difícil solución cuando los protagonistas, con tanto pasado como poco futuro, cargan con tamaña cruz… que ni buenos ni malos, que quienes pierden son las siglas que supuestamente representan a todos. Le digo que cómo sabe él tanto, que quién le cuenta las cosas. Me dice que habla con muchos, aunque luego la mayoría lo niega. Que todo se sabe. Sin necesidad de leer el periódico. «Lo saben hasta aquí», me dice mientras caigo en la cuenta de que pasamos frente al número 3 de Duquesa de la Victoria, sin extrañarnos de que en el suelo haya confetis y serpentinas recientes.