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Javier Campos

NANAY DE LOGROÑO

A la espera del nuevo Tívoli

Y más de una década después alguien pensó en que, recuperados Los Gabrieles, por qué no reabrir el Tívoli. De hecho, el proyecto inmobiliario original ya lo contemplaba, pensando que la licencia de actividad se mantendría y el emblemático café volvería a abrir sus puertas a la par que los inquilinos comenzasen a ocupar las viviendas. Sin embargo, la actual normativa de distancias entre bares, pendiente de adaptación a la Ley Ómnibus que libera el sector, lo ha dejado en suspenso… al menos de momento.

Inmobiliaria Río Ara confirmaba a Diario LA RIOJA tanto la venta del local a un empresario hostelero de la capital, a fin de retomar el proyecto, como la denegación de la solicitud de licencia para la reconstrucción de la cafetería en el bajo del número 10 de Bretón de los Herreros. La razón esgrimida por el Ayuntamiento es que la demolición del edificio extinguió las licencias de todas las actividades y, para conceder una nueva, debería cumplir la normativa de distancias, que establece un mínimo de 25 metros respecto a otro local con licencia de bar.

Se da la circunstancia de que en la esquina opuesta a la del Tívoli, en la calle El Peso, se ubica una tienda de vinos con licencia de bar solicitada durante los seis meses en que quedaron sin efecto las distancias durante la pasada legislatura –según la citada inmobiliaria–, que no haría posible la concesión de una nueva. Aunque, y es ahí donde los impulsores se sienten perjudicados, la conocida como Ley Ómnibus, nombre que recibe la ley española 25/2009, de 22 de diciembre del 2009, de modificación de diversas leyes para su adaptación a la ley sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio –para adaptar la legislación española a la Directiva Bolkestein, que persigue eliminar trabas burocráticas del sector servicios–, obliga en la práctica a la desaparición de tales distancias, algo que ya se ha aplicado en distintas ciudades españolas.

El Ayuntamiento denegaba la licencia mediante resolución de Alcaldía de fecha 10 de abril del 2012, aunque no era recibida por los interesados hasta el 30 de agosto, después de que en principio la Administración local se comprometiese a su mantenimiento tras acordar las condiciones en las que debía acometerse el derribo y futura reconstrucción de Los Gabrieles en su conjunto.

 

El local, por dentro y por fuera. / Jonathan Herreros

 

La promotora del nuevo inmueble, cuyos pisos comenzarán a ser entregados antes de finales de año pues las obras finalizarán en noviembre y los que dan a Bretón están prácticamente vendidos, no entiende la demora de la Administración local para adaptar las normas urbanísticas del PGM a la directiva europea, máxime cuando se les llegó a hablar incluso de un plazo para hacerlo.

Sea como fuere, lo cierto es que el interés por la reapertura del Tívoli surgió a la par que arrancaba el proyecto inmobiliario, con el derribo de la manzana. Un empresario del sector hostelero firmaba un contrato de compraventa del futuro local en cuestión, de unos 140 metros cuadrados, dando los primeros pasos para que, si todo hubiese ido según lo previsto y acordado con el anterior equipo de Gobierno, se culminase ahora que terminan el conjunto de las obras con la inauguración del espacio reconstruido a imagen y semejanza del viejo pues incluso se conservaron elementos para tal fin, caso de los letreros de fuera relativos al ‘Café Tívoli Bar’.

El planteamiento era que la misma constructora acometiese la reconstrucción del local a fin de abaratar costes, pero… la paralización administrativa no sólo no lo ha hecho posible, sino que, además, está teniendo consecuencias negativas para los implicados: inmobiliaria y hostelero.

Y es que, aparte de las distancias y según la denegación municipal, para poder otorgar una licencia de cafetería como la que se solicita «el edificio en el que se ubique debe tener concedida la licencia de primera ocupación», algo que, según Río Ara, puede hacerse de manera paralela con lo que no supondría problema alguno.

El interés por los bajos de Los Gabrieles no sólo se centra en el Tívoli pues, tal y como informa la inmobiliaria, otros dos locales de grandes dimensiones, de 300 y 180 metros cuadrado, ya están comprometidos también para la actividad hostelera siempre y cuando se solucione el problema de las distancias en el que han encallado todos pese a que la ley parece ampararles.

 

P. D.

Extracto de la información publicada en Diario LA RIOJA y Kiosko y Más.

Cocinero antes que fraile, Javier Campos (L'Hospitalet de Llobregat, 1978) dio rienda suelta a la creación de sopas de letras en Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León antes de llegar a Diario LA RIOJA. Casado con una asturiana, este catalán de nacimiento aunque extremeño de adopción continúa imaginando pasatiempos para los logroñeses y logroñesas mientras, recién estrenada su paternidad, empuja un cochecito de bebé por las calles de la capital riojana.

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