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Javier Campos

NANAY DE LOGROÑO

Palomas y buitres

La fauna urbana de Logroño, que tiene estas cosas. Aunque supongo que no distará mucho de lo que pasa en otras ciudades. Recordemos lo publicado estos días en Diario LA RIOJA en torno a nuestros animalitos… Ya saben, pajaritos por aquí, pajaritos por allá.

 

Primero fueron las palomas:

 

“Llevan años sin tender la ropa fuera, sin poder abrir las ventanas y, en caso de atreverse a hacerlo, no es más que para limpiar los excrementos, plumas y hasta huevos que dejan tan incómodos huéspedes. Hay quien asegura que ha habido días en los que no le han dejado ni dormir. Las palomas llevan más de 10 años campando a sus anchas por el abandonado número 8 de avenida de Portugal, el mismo que alberga en sus bajos el Salón de Columnas del Teatro Bretón. Y lo cierto es que los vecinos de las comunidades anexas, especialmente la del número 6, ya no pueden más.

Los afectados denunciaron la existencia de un palomar en el edificio ya en el 2004 poniendo de manifiesto un verdadero problema de salubridad: la suciedad y los olores habían alcanzado niveles insoportables ya entonces. A partir de ahí… poco más que buenas palabras. Y, en ocasiones, ni eso. El último escrito remitido al Ayuntamiento de Logroño en mayo del 2013 aún no ha obtenido respuesta. Así lo cuenta Rosa, quien encabeza la acción vecinal y no pasa día en el que no trate de ponerse en contacto con la Administración local para saber qué piensan hacer.

Se da la circunstancia de que el edificio, para más inri, es de copropiedad municipal. El Salón de Columnas, segunda sala del Teatro Bretón, también sirve como entrada de carga y descarga y salida de emergencias, motivo por el cual el vecindario entiende aún menos la pasividad municipal en el caso.

 

Foto: Díaz Uriel

 

«Más que las traseras del Teatro Bretón parece la casa de los horrores», explica Rosa en referencia al ruinoso aspecto que presenta el inmueble. Los cristales rotos han ido siendo sustituidos por tablas y chapas dotando al conjunto de un aspecto de corral. «Ya en el 2004 el Ayuntamiento requirió por escrito al propietario de los pisos la subsanación de las deficiencias del edificio, cosa que vista la lamentable situación del inmueble, en pleno centro, no se debió de hacer», denuncian los afectados. Actualmente, el edificio está vacío, salvo en su planta baja de propiedad municipal, sin inquilinos y en un estado de deterioro que va a más.

«Durante todos estos años han caído a la acera trozos de cristales de las ventanas, ha habido amagos de fuegos con intervenciones de bomberos y policía, y todo ello con el consiguiente peligro para los transeúntes», pone de manifiesto Rosa. Las palomas, que colonizaron el inmueble según fue quedando deshabitado -los vecinos hablan abiertamente de un caso más de ‘mobbing inmobiliario’-, utilizaron las carboneras de la cubierta para establecerse y se han multiplicado alcanzando no ya cientos, sino miles.

Desde el Ayuntamiento, conscientes de que el problema también es suyo precisamente por ser propietario, se instalaron este mismo año redes de gallinero para evitar que entrasen para, meses después, retirar parte de la misma habilitando un cebadero que atraiga a las aves y permita su captura.

La Administración local espera que esta sea la solución definitiva, aunque los vecinos dudan de su efectividad tratándose como se trata de un edificio abandonado. Lo mismo piensan los de Gran Vía 21, otro de los palomares consolidados. «No hay cliente al que no le haya caído un regalito del cielo», dicen desde el estanco del bajo en relación a las heces. «Sólo hemos podido sacar media terraza», lamentan desde el bar de la esquina con episodios como la rotura de vajilla por parte de las aves.”

 

Foto: Díaz Uriel

 

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Y luego los buitres, el buitre leonado para ser más precisos:

 

“«Pero, ¿qué bicho es ese?». Las palabras de una vecina ante la llamada de atención de Diario LA RIOJA daban la voz de alarma activando todo un operativo que acababa horas después en identificación y captura. Agentes de Medio Natural, de la Policía Local y de Bomberos –que se vieron obligados finalmente a usar la escala– atrapaban sin resistencia un ejemplar joven de buitre leonado que se había posado en un balcón de un quinto piso del número 41 de la calle Lope de Vega.

Lo cierto es que el ave llevaba casi dos días sobrevolando Cascajos ocasionando varias llamadas de vecinos alertando de tan singular presencia a los servicios de emergencia que derivaron el caso al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ‘La Fombera’. La proximidad del animal con la circunvalación hizo temer que, de emprender vuelo fallido, se precipitase en medio del tráfico rodado, por lo que tras no pocas llamadas al Ayuntamiento, a la Consejería de Medio Ambiente e incluso al Seprona, finalmente, los agentes forestales de ‘La Fombera’ y una patrulla de Policía optaban por recurrir a los Bomberos ante la imposibilidad de acceder a uno de los balcones más altos del edificio, cuya vivienda estaba cerrada a cal y canto, a fin de apresar al animal.

«Lo mismo puede estar tres minutos que tres horas o tres días pues no precisa comer diariamente», explicaban a este periódico insistiendo en la normalidad del hecho. «Si el animal vuela como es el caso, toca esperar; es complicado que se deje atrapar así como así», reconocían desde el citado centro de recuperación. No en vano, no era la primera visita que hacían al barrio y, hasta entonces, todos sus intentos de captura habían resultado infructuosos.

El ejemplar llevaba al menos desde el pasado martes de comunidad de propietarios en comunidad de propietarios eligiendo como ‘nido’ la terraza de un quinto piso, donde se pasó toda la mañana al sol. El ave en cuestión, de no más de un año de edad, apenas se movía… «Son ejemplares jóvenes con poco apego al lugar de origen, que se desubican fácilmente y no son raros episodios como éste… siempre que esté bien, de la misma manera que ha venido se irá», pronosticaban.

El buitre, de imponente silueta y envergadura alar, concentraba a esa hora todas las miradas. Y así, ante una gran expectación vecinal, los bomberos, sirviéndose de una manta, apresaron al ave, que se presentaba «algo baja de peso», y que ya descansa en La Fombera. «Le alimentaremos y, una vez recuperado, le pondremos una placa y se le devolverá a su hábitat».”

 

Foto: Díaz Uriel

 

 Extracto de la información publicada en Diario LA RIOJA y Kiosko y Más.

Cocinero antes que fraile, Javier Campos (L'Hospitalet de Llobregat, 1978) dio rienda suelta a la creación de sopas de letras en Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León antes de llegar a Diario LA RIOJA. Casado con una asturiana, este catalán de nacimiento aunque extremeño de adopción continúa imaginando pasatiempos para los logroñeses y logroñesas mientras, recién estrenada su paternidad, empuja un cochecito de bebé por las calles de la capital riojana.

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