Una de las pruebas más palmarias del estallido de la burbuja inmobiliaria y de sus consecuencias para las administraciones públicas es la evolución de la venta de suelo municipal, que en ciudades como Logroño ha pasado del todo a la nada en menos de una década llevando aparejada una caída en los ingresos del Ayuntamiento que ha repercutido en la tan traída y llevada inversión pública. Son las propias estadísticas oficiales las que así lo reflejan.
Según las cifras facilitadas por el Grupo Municipal Socialista con los datos del Ayuntamiento de Logroño en la mano, la enajenación de terrenos patrimonio de la Administración local ha caído en picado desde hace dos legislaturas hasta pasar a ser prácticamente testimonial durante la actual. De los 60 millones de euros que se obtuvieron en el 2005, casi 20 más de lo presupuestado marcando un récord por la enajenación del viejo estadio municipal de Las Gaunas, se ha pasado a los apenas 540.000 euros del 2013 cuando se habían llegado a prever sobre el papel casi 7 millones.
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