Presupuesta el Ayuntamiento de Logroño, presupone el equipo de Gobierno, que por algo es el encargado de cuadrar las cuentas municipales. Presupuesta la Administración local por segunda vez tras desestimarse el primer proyecto por la mayoría del pleno el pasado diciembre, presupone de nuevo y ya en marzo el PP, aunque en esta ocasión asegurándose de que Ciudadanos y PR+ presupongan lo mismo y, ahora sí, Gamarra y los suyos pasen la ‘reválida’ y la capital de La Rioja se dote de presupuestos para el ejercicio ya en curso. Las previsiones es que el voto de calidad de la alcaldesa servirá a la segunda para que Logroño apruebe el relativo al 2016. Y, con ello, que las cuentas de la lechera cuenten con el necesario visto bueno de la mayoría. Las nuevas cuentas, que nadie se lleve a engaño, no difieren mucho de las anteriores. El gasto corriente sigue siendo tan corriente como los grandes contratos de mantenimiento, esos que todos damos por hecho.
Como siempre, y para más inri al tratarse de lo más mediático, la ‘lechera’ aparece en las cuentas llegados al capítulo de inversiones, parte de las cuales se financian con la enajenación de suelo. La situación es la que es y desde hace años se presupuesta más de lo que se enajena y, ni que decir tiene, de lo que finalmente se ejecuta. El papel, que como el cántaro de la ‘lechera’ del cuento, lo aguanta todo. Inversiones y venta de suelo han sido disminuidas en un millón en este segundo proyecto, pero la verdad es que siguen sin ser creíbles. Y en esas estamos cuando trasciende que los números remitidos por ley desde Logroño a Madrid, sin saber cómo ni por qué, rebajan las previsiones de venta de suelo de 16,2 a 1,5 millones… ¡casi nada! Y es cuando a uno se le empiezan a repetir la avenida de la Sierra, la plaza de la Paz, la Glorieta, las Cien Tiendas, la Casa de las Cuentas… digo del Cuento.