“En la radio daban la señal horaria de las cinco de la tarde, y luego sonó la sintonía del informativo. Ajena al sonido intruso que se interponía entre los dos, explicó enseguida que había perdido el coche de línea y que tenía vez en el médico. A esta edad, no tenemos más que achaques, hijo, ser viejo es una desgracia. En Galicia, decía el locutor, hay aproximadamente un millón de vacas. Qué va, señora, le dije por cortesía, no diga eso. Tonterías, dijo ella, creen que somos tontos, ¡un millón de vacas!, se pasan el día diciendo tonterías. Apagué la radio y se volvió hacia mí con rostro satisfecho. Nada de lo que dicen es verdad, hijo, nada de lo que dicen es verdad.”
Manuel Rivas / Un millón de vacas
Un millón de vacas en Galicia… un millón de terrazas en Logroño. Tonterías, sí, pues no son más que 417, lo que no está nada mal… y más ahora que llega el verano. ¿Cuál es el problema, pues? Que son cada una de su padre y de su madre o, dicho de otro modo, que aquí vale todo y andamos como andamos… ¡y ello después de modificar, re-modificar y hasta tri-modificar la ordenanza correspondiente en un corto espacio de tiempo! Que si primero cambiamos mesas por metros cuadrados, que si después regulamos los cerramientos, que si tras la entrada en vigor de la ley antitabaco ‘donde dije digo, digo diego’, que si ahora vale desde una barrica a un banco de tres patas, que si después de tantas vueltas y más vueltas al sector le sigue sin convencer, que si… ¿que si dónde queda eso de una cierta uniformidad de cara a, entre otros, los turistas? Vaya por delante que a uno le da lo mismo sentarse a una mesa de Coca-Cola que bajo una sombrilla de Mahou, ahora bien, no fui yo quien dijo aquello de mejorar la estética… ni lo de un sector hostelero cinco estrellas. Si es que, como advertía el personaje de Rivas, se pasan el día diciendo tonterías…