Se vendieron como grandes proyectos urbanísticos y han terminado reducidos a solares. Operaciones entre particulares cerradas por millones de euros en pleno boom del ladrillo cuyo desarrollo ha sido aplazado sine die tras el inesperado pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Muchos se presentaron como inminentes pero, de momento, no se van a llevar a cabo; otros se readaptaron a la nueva ley de la oferta y la demanda; algunos se han dejado para tiempos mejores… ¿Denominador común? De todas ellos no se ha vuelto a saber nada.
Bueno sí, de algunos, como Maristas, hay noticias frescas. A estas horas ya sabrán que hoy mismo la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Logroño ha aprobado inicialmente el ‘estudio de detalle’ de lo que Riourban espera poder comenzar a desarrollar en breve.
Un proyecto urbanístico que con más o menos pisos, con hotel o sin hotel, debe pasar el corte (y no piensen en el inglés los que ven en el modesto polideportivo el espacio ideal para ello) y ponerse en marcha bajo riesgo de llevarse por delante a quienes en su día el cemento no les dejaba ver que su realidad, en realidad, era de cartón-piedra…
2003, fecha en la que se cerró la operación, queda lejos y aquel negocio redondo, ahora cuadrado, ya se ha ido cobrando sus primeras víctimas… Los 46 millones de euros invertidos por la promotora riojana iban a multiplicarse a imagen y semejanza del milagro de los panes y los peces…
Sin embargo, y he aquí la cuestión, los genios del ladrillo no cayeron en la cuenta de que eran otros los que llevan creyendo y viviendo de los milagros desde hace más de 2.000 años.