Si el Pleno es el máximo órgano de representación política de los ciudadanos, algo pasa cuando en la práctica un ciudadano no puede tomar la palabra precisamente en ese órgano que en teoría le representa… algo que no pasaría de la mera disfunción si no fuese porque a ese mismo ciudadano aun teniendo derecho a voz se le niega. Cosas de reglamentos, dirán algunos; ¡pero qué reglamentos!, añado yo.
Algo pasa cuando tras años denunciando la escasa participación ciudadana en la ‘cosa política’ es precisamente a los que parecen rebelarse contra tan notable desinterés y criticable pasotismo a quienes más trabas se les ponen; algo pasa para que justo cuando ese mismo grupo reclame más democracia y, por tanto, participación empezando por unos ayuntamientos que hasta ahora se presuponían de puertas abiertas, se les dé con el picaporte en las narices… y todo ello apelando a cosas de reglamentos, ¡pero qué reglamentos!
Siete meses después de la expulsión de un miembro del 15M de la sesión de marzo, todavía sigo preguntándome que llevó al equipo de Gobierno a impedir que un joven grabase la misma; de la misma manera, cuatro días después de que no se permitiese a la Asamblea de Estudiantes intervenir en la de septiembre, sigo tratando de entender los motivos de la caída del orden del día del punto relativo a la agresión ‘fascista’ sufrida por algunos de sus miembros mientras recogían material escolar.
Algo pasa… y llegados a este punto es momento de preguntarse si no va siendo hora de revisar reglamentos como el de participación ciudadana para que como mínimo hagan honor a su nombre; y, si quieren, lo de que el Pleno sea el máximo órgano de representación política de los ciudadanos lo podemos dejar para más adelante.
P.D.
Vídeo de lo ocurrido en el último pleno municipal publicado por Asamblea Logroño.