El ruidoso proceso abierto por el PSOE en Madrid se expande como la pólvora por el resto del país anunciando una estruendosa explosión para el próximo 3 de octubre. Las primarias, esas a las que todos se refieren como la ‘fiesta de la democracia’ mientras no se convocan pero que cuando tocan dejan heridas abiertas difíciles de cicatrizar, han animado a los ‘críticos’ al aparato oficial a dar la cara y hacer saltar por los aires las estrategias de Ferraz.
En el caso de La Rioja, la decisión de Santiago Sufrategui de disputarle la candidatura autonómica a un Francisco Martínez Aldama en torno al cual los socialistas riojanos cerraron filas hace ahora dos años, a la espera de ser avalada oficialmente por el 15% de los afiliados, ya cuenta con el aval ‘moral’ que implica discutirle el liderazgo al dos veces derrotado por Pedro Sanz… guste o no a las direcciones federal y regional.
Sufrategui, ese ‘desconocido’ militante de base según muchos de los que curiosamente más le conocen y líder bajo el que se ha ido pertrechando el denominado sector crítico que no todos quieren ver, vuelve a rebelarse contra la… resignación.
Una resignación que, tal y como reflejaba la encuesta elaborada por Sigma Dos para Diario LA RIOJA el pasado mes de mayo, se traducía en que
el 54,5% del electorado socialista «no prefería» a Aldama como presidente de la Comunidad.
Tales antecedentes deberían invitar como mínimo a la reflexión: Cabría preguntarse qué sucede en el PSR para que, pese a contar con un candidato que ya ha perdido dos veces, los desencantados, a tenor de los apoyos que dice tener Aldama, sigan siendo minoritarios. ‘¿Críticos?, ¿qué críticos?’, se cuestiona la mayoría negando la evidencia.