Más que habitaciones, camas y quirófanos… Más que personal sanitario y pacientes… En definitiva, mucho más que el traslado de un hospital: el cierre del viejo San Millán y la apertura del nuevo San Pedro, hace ahora seis años, deprimió parte de Lobete y revalorizó La Estrella. Dos zonas de la misma que ciudad que, con el paso del tiempo y con la crisis de plena actualidad, intercambiaron futuros mostrando a día de hoy presentes bien diferentes.
El cambio de ubicación del centro hospitalario referencia para decenas de miles de personas ha transformado por completo la vida de ambos barrios. Si alrededor de una dotación de tales características encuentran su lugar toda una serie de negocios dirigidos a quienes en un momento dado hacen uso de la misma, lo cierto es que con el tiempo, mientras en las cercanías del San Pedro han proliferado los locales, en los alrededores del San Millán han ido languideciendo. Farmacia, estanco, floristería, bares y restaurantes… se han ido quedando sin sitio en Lobete mientras encontraban hueco en La Estrella.
Donde otrora se levantaba el San Millán, hoy se muestra un desértico solar fruto de un derribo que se ejecutó sin demoras ante la promesa de un futuro complejo de salud en el que nadie parece creer. Decenas de locales comerciales vacíos en Duquesa de la Victoria son la mejor prueba de ello. Por no haber, no hay casi ni donde comprar el periódico… Por no parar, ya no paran ni los taxis…
P. D.
Extracto de la información publicada en Diario LA RIOJA y Kiosko y Más.