Si el caso de Sandra fue el desencadenante, las redes sociales hicieron el resto. La joven paralímpica salió de entrenar del Adarraga el pasado jueves y se dispuso a tomar el autobús de la línea 9 de vuelta a casa cuando… ¡más de una hora después y al fallar la rampa de hasta cuatro vehículos se veía obligada a cruzar el Ebro en su silla de ruedas para ya en la Gran Vía tomar uno de la línea 4, al que sí pudo acceder!, según explica ella misma a Diario LA RIOJA.
Alguien se hizo eco en Facebook de los problemas de Sandra para coger el autobús y, ese mismo día, se creaba una cuenta en Twitter -@RampaBus- para denunciar, textualmente, «el mal funcionamiento de las rampas de los autobuses urbanos de Logroño». Desde entonces, el apoyo internauta sumándose a la causa no ha parado, tanto que a día de hoy Ayuntamiento de Logroño y Aulosa, concesionaria del servicio, parecen haber tomado nota pese a reconocer que «no es un problema generalizado, sino puntual».
La campaña en redes sociales se ha visto además acompañada de una «oleada de quejas al 010» según reconoce el propio concejal de Movilidad -hasta seis en tres días cuando se llevaba mes y medio sin recibir ninguna-, haciendo que, «ante la dimensión social que comenzaba a adquirir el caso», desde el Ayuntamiento se hayan realizado inspecciones hasta en dos días diferentes y la propia concesionaria haya extremado el control de las veces que sale y entra cada rampa.
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