No hacía falta ser ningún avezado cultivador de flores para darse cuenta del jardín en el que se metía el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero –o le metían, pues fue su vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, quien primero sacó los pies del tiesto– recurriendo a aquello de los «brotes verdes» en un claro espejismo sobre una supuesta recuperación económica. Como tampoco hace falta ser ningún avispado analista político para entender que los «datos que nos permiten albergar esperanzas» con los que ahora nos riega el ánimo la alcaldesa popular de Logroño, Cuca Gamarra, podrían correr la misma e ilusoria suerte. Tales declaraciones, como estrategia de marketing pueden valer, sin embargo, su principal problema es que quedan reflejadas en las hemerotecas y el tiempo da y quita razones, fundamentalmente y tratándose de este juego en el que se ha convertido la política más lo primero que lo segundo.

Los «brotes verdes» de un PSOE empecinado en negar la crisis se han tornado con el cambio de Gobierno en los «datos que permiten albergar esperanzas» de un PP empeñado en hacernos creer que estamos saliendo de ella. De hecho, las palabras de Gamarra van en la línea ya explotada de un tiempo a esta parte desde La Moncloa. «Se están viendo ya señales esperanzadoras», llegó a decir hace ahora ocho meses la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez; prácticamente lo mismo que ha repetido Gamarra en su balance de ecuador de legislatura al frente de la Alcaldía apoyándose en el aumento de las solicitudes de licencia municipal de apertura de nuevos negocios olvidándose, eso sí, de la otra parte de la ecuación para poder hablar de «muestras» de verdadera reactivación: los negocios que cierran, que, lo mismo y eso sí que sería un jarro de agua fría, son tantos o más que los que abren.

Lo cierto es que el 'cachondeo' que se traen con los 'brotes verdes', tal y como se puede comprobar en esta portada de El Jueves, viene de los tiempos de Zapatero...

P. D.

Para más inri, esta misma semana, según he podido leer a mi compañera María José González, la consejera de Administración Pública y Hacienda, Concepción Arruga, también se ha sumado –aunque sin mencionarlos expresamente– a la tesis de los tan traídos y llevados ‘brotes verdes’… ¿Mera casualidad? ¿Ustedes qué creen?