Faltaban pronunciarse ellos… y lo hicieron precisamente en el pleno municipal en el que se aprobaba inicialmente la modificación de las normas urbanísticas del PGM que supondrá en la práctica la supresión de las distancias entre bares y cafeterías a la que, tal y como dejaron claro y pese a su horario restringido, se oponen.
Logroño sin Ruidos entiende que nuestra ciudad parte de una situación de saturación hostelera, por lo que se muestra contraria a la eliminación de distancias “pues no hará otra cosa que agravar tal saturación”. Araceli Lumbreras, quien intervino en la sesión, considera que la actividad hostelera es en sí misma “molesta, nociva e insalubre” y que, por tanto, necesita de regulación. Sobre todo en un país que, como España, tiene a bien ser uno de los más ruidosos del mundo.
Es por ello por lo que se pregunta por qué ese interés por aplicar la Ley Ómnibus “sólo para lo que interesa, como es el caso del sector hostelero” olvidándose de normas estatales, regionales y locales en materia de ruidos y medio ambiente. “¿Qué pasa, por ejemplo, con el mapa de ruidos? ¿Para cuándo?”, critica la asociación, quien enumeró toda una serie de ordenanzas que se incumplen. “Y ahora nos salen con que no hay más remedio que cumplir con las directivas de la UE, pero no con las ordenanzas del propio Ayuntamiento de Logroño”.
Logroño sin Ruidos está preocupado por quién controlará horarios y emisiones y cree que serán los vecinos quienes, “como siempre”, pagarán las consecuencias… Lumbreras habló de “masificación” y “especulación” y cree que la supresión de distancias “nos retrotraerá en el tiempo”.