El hartazgo está en la calle y, en ocasiones, se adentra por las puertas institucionales haciéndose notar en las administraciones. La última, en el Ayuntamiento de Logroño, donde un representante vecinal saltó al ‘ruedo’ –el salón de plenos dispone a los 27 concejales sentados en círculo– ante la controvertida faena que estaban brindando unos y otros.
Otra cosa es que hayan tomado nota, pues lo cierto es que la experiencia nos dice que nuestros gobernantes se escudan en que lo que se diga en las urnas cada cuatro años es lo que vale como si entre medias no pasase nada. El problema es que también podría aplicarse a los gobernados…
«¡Esto no se puede aguantar!», gritó oficiosamente Juan Manuel Zaldívar, quien previamente había intervenido oficialmente desde la Federación de Asociaciones de Vecinos. Así lo recogen las crónicas. Vaya por delante que al último pleno extraordinario –últimos, pues hubo dos, y de ahí el jaleo– asistieron muchos menos que los que van a votar. Algunos que, como el propio Zaldívar, llevan haciéndolo durante años, concienciados y tratando de concienciar de la importancia de la participación…
«La ciudadanía de Logroño no se merece un espectáculo así» o «no puede soportar más», corrige el protagonista que dijo. Disputas estériles aquí y allá y estrategias para hablar de esto o dejar de hacerlo de aquello quedan al descubierto en este espectáculo que parece haberse convertido la política, una especie de circo del que la mayoría ni se imagina lo que pueden llegar a crecerle los enanos.
¿Que no se puede aguantar más? ¿No será que los ciudadanos más implicados subestiman las tragaderas del resto o al menos de los que no han llegado a ver la carpa por dentro? Los políticos, de momento, las dan por seguras. Y con eso parece que les vale.
P.D.
El vídeo del pleno extraordinario al que se hace referencia en el post es de Asamblea Logroño 15M.