Si bien el diseño de las glorietas en Gustavo Adolfo Bécquer con Lope de Vega y la circunvalación nace vinculado a un proyecto de mayor envergadura como es la segunda fase de la construcción de viales de enlace con el Hospital San Pedro y la LR-250 (los denominados distribuidores Sur que también servirán de acceso a Maristas), lo cierto es que la proximidad en el tiempo de las dos rotondas contrasta con la lejanía de las nuevas conexiones, lo que no ha pasado desapercibido para los afectados.
Tanto que ya desde principios del 2013, cuando se puso sobre la mesa, la familia Echavarría Macua mostró su desacuerdo tanto a la Administración local como a la regional al considerarse víctimas de un proyecto «político» y no «de interés general». Alfonso Echavarría, portavoz de la misma, sostiene desde entonces que una de las rotondas, la de mayores dimensiones, se va a realizar en una vía de servicio «donde no existe en estos momentos carretera alguna ni cruce que tenga que soportar un tráfico que lo justifique». Es lo que, ante su creciente malestar, han venido a denominar «rotonda a ninguna parte» o «antes de hacer la carretera hago una rotonda».
Una especie de ‘chicane’, según sus palabras, que solo en un futuro a medio o corto plazo conectaría con los denominados distribuidores Sur. Lo cierto es que, una vez construidas las dos glorietas en cuestión, los conductores deberán trazar hasta cinco rotondas de mayor o menor tamaño en los apenas 500 metros que separan Lope de Vega con avenida de Colón, siendo además la más situada al Sur –de un diámetro de 48 metros en el eje– y la que afecta a los propietarios expropiados la más peculiar al solo contar con dos salidas: hacer un giro de 180 grados a la altura del actual puente sobre la circunvalación cuando se viene por la vía de servicio desde Las Gaunas para continuar por esa misma vía en dirección al San Pedro o trazar 90 grados más para cruzar el puente y, haciendo la siguiente rotonda de nueva construcción, cambiar de sentido o adentrarse en la ciudad.
Un ‘scalextric’ en toda regla de dificultoso tránsito peatonal que quedará listo cuando se complete al 100% la actualmente media rotonda de la estación de trenes, en la también nueva calle Miguel Delibes.
Sobre el uso y abuso de glorietas ya se pronunció el Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja coincidiendo con la elaboración del nuevo plan de infraestructuras 2012-2025 de la ciudad, donde se incluyen estas dos junto a otras. «Algo estamos haciendo mal cuando en el plan no hay más que rotondas y pasarelas, porque las segundas son consecuencias de las primeras», explicaba su decano, quien considera que las rotondas no son la única solución a los problemas del tráfico… «pues separar tráficos es crear problemas urbanos».
P.D.
Extracto de la información publicada en Diario LA RIOJA y Kiosko y Más. Y mañana, de rotonda a rotonda y… ¡tiro porque me toca!