Dos décadas por el medio de la calle dan para mucho. La peatonalización de Juan XXIII, Doctores Castroviejo, Ciriaco Garrido, Calvo Sotelo y Capitán Cortés, esa con la que Logroño quiso dejar el coche y emprender camino a pie en busca de una ciudad más amable y que a corto plazo daría lugar a las Cien Tiendas, cumple ahora 20 años. Una efeméride en la que, tirando de hemeroteca y consultando el archivo fotográfico de Diario LA RIOJA, aparece la figura de Pilar Salarrullana como artífice de todo.
Busco y rebusco y, entre textos de páginas amarillentas e imágenes en blanco y negro, pienso en lo que tuvo que soportar la buena de la concejala centrista. «Esto te costará el sillón» o «Salarrullana dimisión por déspota y dictadora» eran frases que podían leerse en las pancartas de las manifestaciones con el lema central de ‘no’ a la peatonalización.
Llama la atención que, amén de PP y Federación de Asociaciones de Vecinos, fuesen los propios comerciantes los que las encabezasen… Protestas de quienes no supieron ver las ventajas de las que, una vez finalizadas las obras, disfrutaron durante años. Otra cosa es que con el paso del tiempo la marcha de Maristas y la ausencia de motor alguno hayan puesto en entredicho eso de las ‘Cien’.
La oposición, sin embargo, desapareció de la noche a la mañana… tanto que a partir de entonces era el propio vecindario quien demandaba tales actuaciones. García Morato, Galicia o Canalejas lo lograron, y no pocas se quedaron en el intento. Se trataba y se trata de que las ciudades, hostiles para sus habitantes tras años de supuesto desarrollo, reconquistasen espacios perdidos a favor del coche. Otra cosa es que las peatonalizaciones no sean todo lo ‘peatonales’ que debieran y que en ocasiones parezcan estar pensadas para las terrazas… ¿para cuándo unos juegos infantiles en vez de más mesas y sillas? Mención aparte serían las reservas a la hora de acometerlas.
El tiempo ha puesto a cada uno en su lugar… y lo seguirá haciendo. Porque 20 años, al fin y al cabo, no es nada.