“Son cosas que ocurren con relativa frecuencia”. Así explicaba ayer mismo el concejal de Movilidad y Participación Ciudadana, Ángel Sáinz Yangüela, lo sucedido en la calle Beratúa. Viejas tuberías que, pendientes de sustitución, dicen eso de ‘hasta aquí hemos llegao’ y revientan cuando menos se lo espera el vecindario por mucho que sea esperable. El doble reventón registrado esta semana en la red de abastecimiento de agua en la zona oeste de Logroño recuerda inevitable a los problemas sufridos en una calle muy similar, aunque en el extremo este de la capital: Caballero de la Rosa, donde se tuvo que intervenir de urgencia tras toda una sucesión de roturas…
Rey Pastor o El Coso son otros de los ejemplos… problemas de sobrepresión, provocados a veces al aplastarse las mangueras de riego (o baldeo, como también se llama) por el paso de vehículos que alteran el equilibrio de presiones del que parece depender la durabilidad o no del ya de por sí castigado fibrocemento, material de las viejas canalizaciones que han ido dejando su lugar a la fundición. Problemas de sobrepresión, sí, y de salubridad a la hora de acometer las obras, que también… La mejor prueba de ello son las mascarillas de los operaciones durante la reparación. Y es que el fibrocemento contiene amianto (cancerígeno), algo muy dañino para la salud.