Ni hoy ni mañana ni, probablemente, pasado… Difícilmente este año, incluso antes de que termine la legislatura – y tampoco quiere decir que se empiece por la glorieta–. Todo está en el aire y es el equipo de Gobierno municipal quien así lo dice. Ya a principios del 2014, y en medio de la polémica, la propia alcaldesa precisaba que ni la licitación ni el comienzo de las obras en Vara de Rey y su entorno serían inmediatas. Ni siquiera licitando, es decir, sacando a concurso, cabe pensar que los trabajos fuesen a continuación. Es el propio soterramiento el que lo demuestra. A saber: tanto la conexión entre las calles Piquete y Piqueras como las dos glorietas en Bécquer con Lope de Vega fueron licitadas y, a día de hoy, siguen sin adjudicar y sin noticias de obra alguna. Y eso que desde el Ayuntamiento se dijo que estarían antes de este verano como paso previo a la entrada de las máquinas en Vara de Rey.
Casualidad o no, el derribo del túnel de Duques de Nájera caló en la opinión pública a finales del pasado año y, en medio de la creciente oposición a la supresión del paso inferior, saltó lo de Gamonal en la vecina Burgos. El Ayuntamiento de Logroño lo tuvo en cuenta… y mira por donde, en estas llegó la refinanciación. Ya no había prisas y los vecinos fueron los primeros en darse cuenta. La última es que, ahora, el PP, aun advirtiendo que «de momento no se contempla otra opción», sí que estudiará la alternativa que pasa por mantener el túnel. Los vecinos creen que el tiempo juega a su favor, que con unas elecciones a la vuelta de la esquina a ningún Gobierno le conviene ese ruido –ahí está el ejemplo de Gran Vía–, que licitación no es sinónimo de inicio de obras y que, metidos en municipales, los pronósticos apuntan a un ayuntamiento fragmentado, sin mayorías claras, quien sabe si con necesidad de pactos y con el PP sólo a favor del derribo.