Anteproyectos y proyectos a la vista, demandas en estudio y reivindicaciones atendidas, y anuncios… muchos anuncios, algunos recuperados de las primeras hojas de la libreta estrenada con una legislatura que llega a su fin. Aquí huele a elecciones, y ahí están las inauguraciones o cuanto menos las obras aceleradas impregnándolo todo con tan particular olor… hedor para no pocos. Y es que anda parte del personal con la mosca detrás de la oreja cuando no directamente mosqueado ante tanto ‘ahora sí’ y no menos ‘puedo prometer y prometo’. Sobre todo porque tanto eslogan suena cada cuatro años, de la misma manera que algunos de los mal llamados compromisos ya estaban comprometidos hace tanto o más. Y es ahí donde aparece el traslado del centro de salud de Rodríguez Paterna o el tan traído y llevado complejo de salud San Millán por parte del Gobierno de La Rioja o la no menos manoseada por el Ayuntamiento de Logroño Casa del Cuento o la pasarela del Camino, que si de verdad se hiciese camino al andar ya estaría hecha desde hace años…
Anda parte del personal pensando que ‘ya les vale’ a ellos, los políticos, por decirlo o volverlo a decir; y a nosotros, los periodistas, por contarlo… o volverlo a contar. «Basta ya», claman quienes a estas alturas no diferencian a los unos y a los otros. Y es aquí donde uno, independientemente de lo que le digan, tiene que ser ya lo suficientemente mayorcito para saber que quién decide es cada cual con su voto y que éste puede depender si se quiere del ‘debe’ y el ‘haber’. Si se quiere, pues de todos es sabido que mayoritariamente las promesas políticamente salen gratis. La ciudadanía decide, como poco cada cuatro años, y los medios de comunicación, entre tanto, lo que deben hacer no es dejar de contarlo, sino decir cuántas veces lo han contado ya.