Sucede cada vez que se acomete una obra… Y es que el solo sonido de un martillo compresor, la visión de unos chalecos reflectantes y el tacto de una baldosa cambiada de sitio divide a los vecinos entre partidarios y detractores.
Ahora está pasando en la Laurel… pero próximamente pasará en la San Agustín y, no nos olvidemos, en la San Juan. Ya pasó en Bretón de los Herreros y elevado a su máximo exponente también en la Gran Vía.
Pero a lo que vamos, el proyecto de adecuación y mejora del entorno de la zona de vinos y pinchos por excelencia se iniciaba durante la última semana ante la sorpresa general de hosteleros, clientes y el común de los viandantes.
Por supuesto que no falta quien aplaude, que no son pocos, pero también los hay que se cuestionan una actuación que implica agujerear un adoquinado que al menos a simple vista se ve en perfecto estado de revista…
Se habla de despilfarro, de derroche, de… Y lo cierto es que viniendo de donde se viene no resulta de extrañar. La renovación estética de las calles Laurel y San Juan se enmarca dentro del plan de dinamización enoturística de Logroño, ¿les suena? Sí, hombre, el mismo de las esculturas ‘desaparecidas’ y de las placas ‘de menos’.
Casos polémicos como pocos de los que se habló ayer y se hablará hoy.
Sobre las ya famosas ‘estaciones de la vid’ poco más puede decirse: que la demanda civil contra la empresa subcontratada está presentada en Vitoria y toca seguir esperando al desarrollo de las diligencias…
Y acerca de las placas, que presentado el informe (oficioso) fotográfico del PP con las señales colocadas y las que faltan, hoy se hará público el (oficial) de PSOE y PR y probablemente las conclusiones del informe jurídico, técnico y económico, o lo que es lo mismo, la auditoría interna a ambas contrataciones municipales encargada por el equipo de Gobierno tras las denuncias de la oposición…
Será después de la Junta de Gobierno Local… a eso de las 11 horas. O al menos así se nos hizo saber ayer.