“La dificultad del trabajo encomendado radica en el tamaño: digamos que en vez de cortarte las uñas de los pies se las tienes que cortar a toda una compañía entera de Infantería”.
Fue la gráfica respuesta que me dio José Antonio Saavedra, director técnico del Taller Diocesano de Restauración de Santo Domingo de la Calzada, cuando le pregunté por la complejidad del nuevo encargo…
¡Ah! Se me olvidaba: José Antonio, conocido como ‘Kiko’, es quien junto a su equipo restaurará las pinturales murales que durante el último medio siglo han visto pasar a cuanto viajero ha optado por el tren como medio de transporte en Logroño desde el vestíbulo de la vieja estación…
Así, mientras descuelgan los lienzos y se fija la fecha definitiva para el derribo de la terminal de Renfe, yo sigo dándoles vueltas a la cabeza a la mejor comparación oída durante una entrevista en mis años de ejercicio profesional…
Pinturas, murales, lienzos, uñas de los pies… Todo requiere su técnica. Todo demanda su arte.
P.D.
Kiko y yo, fotografiados con técnica no exenta de arte en plena conversación por el amigo Jonathan Herreros mientras el equipo del Taller Diocesano de Restauración procede al ‘velinaje’ de uno de los murales de los hermanos Sáez González.