Desde hace años Logroño se está preparando para coger a tiempo el tren de alta velocidad, pero ellos no parecen tener prisas.
El proyecto de integración ferroviaria, el soterramiento del que tanto hablamos en los periódicos, va a marcar un antes y un después en la historia de la ciudad, pero ellos ya vivieron ese antes y después hace más de 50 años.
Son José Miguel y José Luis, memoria viva del ferrocarril en La Rioja…
Su historia, llevada hoy a las páginas de Diario LA RIOJA, no sólo sirve para evocar la memoria legendaria del ferrocarril, sino que al mismo tiempo invita a los más jóvenes a imaginar aquellos tiempos.
José Miguel y José Luis, José Luis y José Miguel. Unas horas de conversación que nos sirvieron para recodar años y décadas sin mirar, ninguno de los tres, reloj alguno…
Y hablando de reloj, quizás habrá a quien le guste saber que el de la vieja estación (el de dentro, eso sí, pues el de fuera no ha escapado a la acción de las palas de las excavadoras y de los martillos neumáticos) seguirá dando la hora… al menos mientras la familia ferroviaria de la que forman parte ambos personajes entone su tic-tac.
P.D.
Las fotos, de Juan Marín, muestran a José Miguel Hurtado y José Luis Sáez (arriba) posando junto al reloj que, desde los viejos andenes, ha sido trasladado e instalado en la nueva estación provisional gracias al empecinamiento del primero y al compañero de agujas (abajo) que, tras presidir más de medio siglo el edificio de la plaza de Europa, ha caído víctima de la piqueta…