>

Blogs

Nuestro Bolsillo

Nuestro bolsillo

Casa con una puerta…

Empezando por lo obvio. La Rioja (como casi toda España, en realidad) es un sitio bastante seguro. Las posibilidades de que un amigo de lo ajeno elija la cerradura de la casa de un riojano para hacer de las suyas no es muy alta.

Pero a veces pasa, claro. Y en ese momento, tener un conjunto puerta-cerradura de buena calidad es la diferencia entre poner al caco en un aprieto… y prácticamente abrirle la puerta. Que es lo que ocurre, lamentablemente, en muchas cerraduras de La Rioja.

«Hay constructores que siguen poniendo las cerraduras más baratas del mercado», cuenta  el cerrajero Iván Gil. «Y muchas veces los bancos, cuando se quedan con pisos, hacen lo mismo». El resultado es que muchas casas (y no sólo las mas antiguas) tienen cerraduras que no aguantan ni un asalto. Y es literal: técnicas como el ‘bumping’ permiten abrir una cerradura no reforzada en segundos. Cuando, en realidad, hay soluciones no demasiado caras que permiten poner muchas más pegas a quien intenta abrir una puerta.

Lo primero: no existe la seguridad al cien por cien. «Con tiempo y herramientas se abre todo», reconoce Gil. «Pero no es lo mismo que te cueste quince segundos o que necesites 25 minutos y tengas que hacer un montón de ruido». Lo que buscan muchas de estas cerraduras es «más la disuasión que la seguridad absoluta». Es decir, que el caco valore, ante una puerta, que no le merece la pena correr el riesgo ante esa cerradura con tan buena pinta.  Lo primero, si uno piensa en cambiar su cerradura, es consultar a un profesional, que valore el conjunto puerta-cerradura. Porque a veces, «no sirve de nada cambiar la cerradura si tienes una puerta de cartón que se abre de una patada». Pero no es el caso más usual: a partir de un centenar de euros (montaje incluido) en el mercado existen soluciones más que convenientes.

Cerraduras anti rotura, o anti taladro (en estas, si se quiere meter un taladro el cilindro gira también, imposibilitando entrar). Otras que incluyen un escudo protector en el exterior que hace muy difícil entrar a manipular el cilindro.

Subiendo algo más el presupuesto, cerca de los 300 euros, hay soluciones más modernas. Por ejemplo, cerraduras «invisibles» desde fuera, porque no necesitan llave. Son cierres electrónicos, que funcionan con un mando a distancia (no hay riesgo de quedarse sin pilas, por cierto: está todo pensado).

Puertas blindadas

Si se quiere ir un poco más allá, el siguiente paso son las puertas blindadas o acorazadas. Las blindadas incorporan una chapa metálica de un milímetro por cada lado. Pero las acorazadas son palabras mayores: puertas con un armazón metálico interno, y marco también metálico. Eso ya exige un desembolso de alrededor de 1.500 euros.

Los cerrajeros tienen también otro problema: el del intrusismo. Gil recomienda que, para evitar sorpresas y cobros exagerados, «se llame a un cerrajero conocido, que tenga un establecimiento». Si hay una urgencia, lo mejor es preguntar antes: el precio de una salida «normal» de un cerrajero debería estar entre 40 y 70 euros, y un precio mucho más alto es, sin duda, un abuso.

Temas

Blog de consumo de Diario La RIOJA

Sobre el autor

Comprar sin saber por qué no es buena idea. Descubramos juntos más cosas... y cómo dejar de hacerlo. Por Pablo Álvarez y Martín Torres


junio 2015
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930