Just Cause 4 Avalanche Studios
Plataforma PlayStation 4, Xbox One, PC ¿Cuándo? Desde el 4 de diciembre
Rico Rodríguez está de vuelta de nuevo, por cuarta vez, para satisfacer una vez más a sus fieles seguidores. Si hasta ahora ya había derrocado hasta seis gobiernos dictatoriales en varios países del mundo, en esta ocasión regresa para ofrecer al jugador todavía más libertad, más espectacularidad y más jugabilidad.
Y es que estos vuelven a ser los puntos fuertes de un título con nombre de thriller de los noventa (‘Causa Justa’, 1995), y que pone el acento en la enorme libertad que concede al jugador en la enormidad de su mapa. Nada menos que cien kilómetros cuadrados, llenos de misiones y actividades, donde los límites de lo posible tan solo quedarán en manos del jugador. Y esto así porque Rico puede hacer saltar por los aires, de una manera u otra, cualquier objeto, vehículo o similar que se encuentre en tan inmenso mapa. Ejemplos valdrían muchos y, si el lector quisiera ilustrarse con algunos de ellos, youtube está virtualmente plagado de explosiones, choques y muertes rocambolescas, con Rico como alocado protagonista de la acción.
Rodríguez se encuentra, en esta cuarta entrega, en el ficticio país sudamericano de Solis, donde la idea, de nuevo, será liderar a los rebeldes para combatir al dictador Espinosa, que utiliza el clima como arma para someter a la población. Pero, desde luego, esto sería pan comido para nuestro protagonista. Lo importante será hacerlo con el estilo inconfundible de Rico.
Un garfio, un paracaídas y un traje de vuelo
Rico cuenta con sus particulares cachivaches con los que salir airoso de toda situación crítica. De hecho, será la suma de los elementos combinados lo que le permita sobrevivir mientras elimina a cuantos más enemigos mejor. Además, tanto el garfio como el paracaídas gozan de unas posibilidades de personalización bastante reseñables. Una vez dominados estos elementos y aprendidas todas sus posibles combinaciones, el objetivo debe ser sembrar el mayor caos posible con ellos.
Aquí radica, quizá, uno de los aspectos que menos brilla del título. Y es que si bien los jugadores experimentados en la saga serán capaces de idear las mayores locuras con ellos, el juego no invita al usuario a experimentar todas las opciones. De hecho, podría decirse que la mayoría de las misiones podrían completarse tan solo disparando y saltando (con paracaídas o no). Ni que decir tiene que esto sería traicionar el espíritu de ‘Just Cause 4’ y, además, degeneraría en una serie de misiones repetitivas y aburridas en un juego con un fascinante mundo abierto por recorrer. Tampoco el aspecto narrativo echa un cable en este problema, ya que la historia es más bien simple y recurre a la trama habitual de pasadas ediciones.
De todas formas, el título cuenta con contenido más que suficiente para entretener un número de horas más que considerable. Además de las comentadas misiones, existen más de 400 acrobacias por descubrir, ataques a regiones, exploraciones arqueológicas y actividades destinadas a destruir el proyecto Illapa, que convierte los fenómenos meteorológicos en un arma que utiliza el dictador Espinosa. De hecho, el clima es un personaje más en ‘Just Cause 4’. Probablemente, estemos ante el clima más extremo y mejor recreado que uno recuerda, con especial atención a los tornados como el que se ve en la imagen.