Fernando Llorente se reveló de nuevo en Alicante como un jugador de una importancia decisiva para el Athletic, para el que anotó el gol decisivo. Un tanto con varios valores añadidos: fue la primera diana de la Liga 2010-11, la que estrenó la cuenta del campeonato, la que supuso la victoria 300 a domicilio de los rojiblancos en la historia de la competición de la regularidad y, por último, la que dio el primer triunfo a domicilio a los rojiblancos en 2010. Para encontrar su última victoria lejos de San Mamés hay que remontarse hasta La Romareda; en diciembre de 2009.
Llorente dejó en el curso 09-10 una estela impresionante, 23 dianas (14 en Liga, 8 en Liga Europa y 1 en Copa), su mejor marca desde que apareció en el primer equipo siete campañas atrás. Y el internacional ya se ha marcado el siguiente reto. «Quiero superar el número de goles de la pasada temporada», indica. No se trata de una apuesta sencilla. El ejercicio pasado, el Athletic disputó la Liga Europa, competición que no aparece en su cartel para la recién estrenada travesía. «Mi meta es mejorar cada año y en los últimos lo voy logrando», se felicita.
El riojano se entusiasma porque mantiene su idilio anotador. Y eso que arrastraba una semana difícil por un rodillazo en una costilla que le propinó Silvestre en el último amistoso de pretemporada, en Catania. En Alicante tuvo que jugar con protección en la zona dañada. «Aquella jugada me dejó k.o., pero por suerte me he recuperado».
La rueda de la Liga echó a andar y el cuadro de Joaquín Caparrós confirmó que es una escuadra letal a balón parado. Igor Gabilondo lanzó desde la derecha y Llorente se adelantó al central Abraham Paz para peinar a una esquina de Calatayud en el minuto 46.«Hemos salido dormidos en la segunda parte. Estos errores contra un equipo como el Athletic y un delantero como Llorente se pagan muy caros» lamenta Esteban Vigo, entrenador del Hércules.
El de Rincón de Soto entiende la frustración de los locales y viene a darles la razón al hablar sobre el trazo del partido. «El campo estaba muy botón. Era muy difícil tener el dominio de la pelota. Sabíamos que la estrategia podía decidir. Había que andar listos en esas jugadas, como hicimos en el gol».
Llorente ha entrado en la temporada como campeón del mundo con‘La Roja’. Entre los hinchas se tenía la impresión de que esta condición le iba a ofrecer un trato reverencial por parte de los árbitros. Es decir, que no le señalaran tantas faltas en contra, un asunto que le saca de quicio. La pasada campaña fue el segundo jugador de la Liga con más infracciones:87 en 37 partidos, una media de 2,35. Sólo fue superado en este apartado por las 93 de Assunçao.
El delantero admite que tenía curiosidad por ver cómo serán las cosas con la medalla de campeón del mundo sobre su cuello. Alicante le reafirmó en que no hay novedades en este apartado. El colegiado le señaló tres faltas en contra y sólo le dio una a favor. «La vida sigue igual. Nada cambia en este sentido», ironiza.