LA UD Logroñés volvió ayer a los entrenamientos después de ganar el domingo en Albelda. Apenas nada reseñable a nivel deportivo. La plantilla se ejercitó con normalidad. Quienes jugaron en Lasesarre se dedicaron a recuperar, mientras que quienes no lo hicieron trabajaron con mayor intensidad.
El triunfo en tierras vascas deja pocas secuelas. Ramón Borrell sufre una sobrecarga. El catalán fue uno de los destacados, pero también es propenso a sufrir percances de este tipo. Además, Gregory Layet, que se recupera de otra sobrecarga, se resintió ayer y frenó el trabajo de recuperación. Nacho Martín confían en recuperar esta semana a Pepe Infante, aquejado de otra sobrecarga; Molina también pasa a disposición del míster una vez cumplida su sanción federativa.
Al margen del día a día, la UD Logroñés ha comenzado la semana a seis puntos de la fase de ascenso, algo que era impensable semanas atrás. Los doce puntos que ha sumado en los últimos cinco partidos han cambiado el estado deportivo y anímico de una plantilla que tiene el reto de cerrar bien el primer año y, prácticamente, la primera vuelta.Por delante quedan Palencia, Mirándes, último encuentro del 2010, y Sportin de Gijón, el 2 de enero en Las Gaunas. Los dos primeros están mejor clasificados que los riojanos, mientras que el tercero pelea sin mucho éxito por alejarse de las plazas de descenso.