Leo estos días las dificultades por las que pasan algunos clubes. Los más cercanos, Alavés y Oviedo. El primero celebra hoy junta general de accionistas. Hoy y mañana. El segundo confía en el oro mexicano para salir del pozo.
El Alavés necesita dos millones de euros para seguir adelante. El Oviedo vive inmerso en una guerra civil. La afición quiere echar a Alberto González, máximo accionista. Y desea que el mexicano José Antonio García sea el salvador. De momento, parece que García, presidente del Atlante de México, llega con un entrenador bajo el brazo, Richard González.
Desde la distancia, no suena nada bien. En Vitoria se especula con que la Diputación aporta 750.000 euros. No es suficiente, pues se necesitan dos millones. En Oviedo, la deuda es muy elevada y su Ayuntamiento ha puesto mucho dinero en el club en los últimos años. Se habla de tres millones por la compra de la marca Real Oviedo. ¿De verdad los valen? ¿Cómo se rentabiliza es inversión? ¿O simplemente es miedo a perder la vara de mando?
Todo esto me recuerda a la historia más reciente y más triste de la UD Logroñés. Inversores extranjeros, dinero público,… impagos. Levantar en Segunda B un club, una empresa que arrastra muchas deudas no es sencillo porque es una categoría deficitaria. El Castellón también arrastra problemas económicos; el Pontevedra, el Caravaca,… son algunos ejemplos, pero no se descarta que lleguen más.
Ahora bien, ¿de verdad deben ser siempre las instituciones públicas las que acudan al rescate de empresas cuya viabilidad económica es más que discutible? Y no me hablen de planes de viabilidad, porque si son como los que presentó en su día el Logroñés no es necesario ni perder el tiempo en leerlos.
Quizá nos hemos vuelto locos y nos hemos acostumbrado a una realidad ficticia. Lo digo porque estos mismos días escuchaba a la delegada del Gobierno en Madrid hablar acerca de la desaparición de una joven en Boadilla del Monte. ¿La delegada del Gobierno en Madrid cuando el Gobierno está en Madrid? Se solicitan esfuerzos económicos, pero se duplican o triplican administraciones. ¿Son necesarias delegaciones en cada Comunidad? ¿Diputaciones? ¿Para que sirven?
Y de aquí, en un pensamiento rápido, pasamos al papel de héroe que asumen muchos políticos con el mundo del deporte. Héroes interesados, no lo olvidemos. Son tan solidarios comos los diputados que se niegan a revisar sus pensiones: con doce años en la cámara ya tienen el 100% de pensión; el resto, hasta los 65 años, nada de nada. ¿Solidaridad? Como el castellano es muy rico, aqui nadie da puntada sin hilo.