Llegó el día. Hay decisiones que se pueden aplazar y que no gustan tomar, pero que son obligadas si se quiere progresar. La Unión Deportiva Logroñés decidió prescindir de cuatro jugadores: Álex Pérez, Rafael de las Heras, Aitor Monroy y Óscar Arpón. Cuatero que se van y cuatro que ve vendrán: de momento hay tres confirmados: Sergio Rodríguez, Pedro Barrancos y Manu García. Falta un cuarto, que seguramente será un delantero.
Las bajas entran dentro de lo previsto. De las Heras apenas ha jugado.Fue el primer fichaje de la temporada 2010/11 y es el primero en salir. Su valor residía en su condición de sub’23, pero la llegada de Barrancos ha cubierto la obligatoriedad del número.
Álex también entrada dentro de las quinielas. Educado, extremadamente profesional, un buen elemento para cualquier equipo. Es una pena su ausencia, pero ni entró en los planes de Vinsjic ni en los de Martín. No me extrañaría que siguiera ligado a la entidad. Es de esas personas que transmiten la sensación de que siempre puedes contar con ellas.
Para muchos, Monroy ha sido una sorpresa. Para mí, no. Y no es por colgarse medalla. Sólo había que verle día a día, aunque no fuera todos. No ha tenido suerte con las lesiones y cuando se recuperó se vendió una imagen de él, la de creador de fútbol, que no se correspondía con la realidad. Se le ha juntado todo, incluida su juventud. Condiciones futbolísticas no le faltan, pero se ha estancado mentalmente. Gaspar es uno de esos jugadores que supo subirse al tren de Martin; Monroy, no. Si es capaz de madurar, puede ganarse la vida en el fútbol mejor que hasta la fecha.
La salida de Arpón sí que ha sorprendido más. Se esperaba mucho más de él, pero desde la llegada de Martín apenas había jugado. Algunos pensarían que quizá el técnico no se iba a atrever con esta decisión, pero quien duda de la personalidad de Nacho Martín dentro de un vestuario es que no le conoce. Ahora bien, por lo que ha supuesto para esta entidad, sobre todo en ilusión,y por su trayectoria en el fútbol español se merece salida digna.
Ahora bien, no sé si tras el cuarto llegará el quinto. Después del partido del pasado domingo si yo fuera Gregory Laget no estaría tranquilo, porque me da en la nariz que se ha quedado al borde del corte, el primero en la reserva por si hay que dejar una plaza más. Su rendimiento es más que pobre y, desde luego, si yo hubiera sido Cervero le hubiera dicho dos cosas a la cara después de que no me diera un balón para empujar y marcar el 1-0 frente al Sporting B. Pensó en sí más que en el equipo. Y eso no se puede consentir.
La llegada de los nuevos ha hecho,y hará, abrir los ojos a más de uno. Es lo que hay. Si el objetivo es pelear por el ascenso y de lo que se vive es de los resultados hay que manejar el mejor material posible y exprimirlo al máximo. ¿Materialista? Puede ser, pero quien ha dicho que el fútbol no lo sea.