Pedro Barrancos pasará por tercera vez en menos de un mes por el quirófano. Algo, al menos, extraño después de que su dolencia cardiaca careciera de importancia. Se puede afirmar que el murciano no está teniendo suerte. Primero, ha tenido que llegar a Logroño para que se le detectará esa anomalía; segundo, ha vivido una primera intervención que no se realizó con los métodos adecuados (láser caliente); después, ha pasado por la mesa de operaciones, ya con un laser frío, pero resulta que sólo se ha corregido una parte del problema.
Y a todas estas, el médico del club indica que en la intervención se durmió al futbolista no se pudo detectar la magnitud del problema, algo que reveló la prueba de esfuerzo. Algo no funciona bien cuando se dan estas explicaciones y, además, Barrancos cambia de ciudad para su tercera intervención. Después de los dos intentos en Madrid opta por irse a Murcia, con su familia.
Partiendo de la base de que lo primero es la recuperación del joven jugador, lo cierto es que la UD Logroñés se está viendo perjudicada, aunque sus números sigan siendo positivos. Barrancos fue de los primeros en llegar a Logroño y aún no ha podido debutar con el equipo y la sensación a día de hoy es que ha perdido, deportivamente hablando, el mes de enero; ahora le queda volver a recuperarse, entrenarse, coger ritmo y pensar en jugar. Es decir, algunas semanas más. Primero, solventar definitivamente el problema que tiene en el corazón.