Pues no. Después de una larga jornada de negociaciones, la UD Logroñés no contará con ese quinto refuerzo de invierno con el que acometer lo que resta de temporada. De hecho, hubiera sido el cuarto, ya que Pedro Barrancos sigue en Murcia a la espera de quirófano (presumiblemente mañana miércoles) y aún no ha debutado con la elástica blanquirroja.
El elegido era Alejandro Fernández, Jano, defensa central de la Ponferradina de Segunda Division. Central con experiencia, 30 años, y dilatada carrera en varios equipos de la categoría. A primeras horas de la tarde todo parecía encaminado a un cierre rápido de contrato, pero cuando ambas partes entraron en la negociación de los famosos flecos todos se rompió. Demasido dinero.
Según explicó el club, Jano pedía mucho por jugar en Segunda B. Es su versión. Quería cobrar más que en la Ponferradina, en Segunda. Fue el propio Félix Revuelta el que descartó la operación. Una idea base: no hay que volverse loco por ningún jugador ni pagar cifras que se consideraban desajustadas respecto a la categoría. Las contrataciones económicas, algunas, del primer año de vida no gustaron en excenso por altas. Ahora, esa herencia se ha convertido en rechazo si a algún jugador 2se le van las cabras al monte”, económicamente hablando.
Habí otra opción: Espin, defensa central del Jaén. Tenía problemas para salir de un equipo con dificultades en el pago, pero al final cambió tierras andaluzas por otras más duras, como las de Eibar, pero llega a un equipo serio y que, además, es serio candidato al ascenso.
Nacho Martín ya tiene una plantilla definitiva. Es evidente que si hubiera participado de su confección en el verano hubiera sido diferente, pero es lo que hay.