El Cerro Reyes ya es historia en el Grupo I de Segunda División B. El Cerro Reyes de un barrio de Badajoz que en el verano del 2009 jugó en Varea en busca de un ascenso que se quedó en Logroño y que significó el nacimiento de la UD Logroñés. El mismo Cerro Reyes que ascendió en su segundo intento esa misma temporada.
Cuando llegó a Logroño era un equipo enviado por su plantilla. Recuerdo que en el Municipal arlequinado se podía escuchar el dinero que pagaba el club a sus jugadores. Era una plantilla superior a la del Varea. Quedó patente, que los riojanos jugaron mejor o tuvieron más suerte en esa eliminatoria.
Al final, los dos llegaron a Segunda B. El Cerro Reyes se presentó ante el Vecindario con jugadores juveniles. La Federación estimó que era una incomparecencia; la segunda llegó ante el Montañeros gallego. Se certificó su exclusión de la competición. Ya hay un descenso consumado y, además, tendrá que purgar su débito en Tercera División. El impago y la firme actitud de su plantilla han desembocado en esta resolución. El Club Deportivo Logroñés ya pasó por esta situación hace dos temporadas. Si a alguien le queda dudas de la importancia del dinero en el mundo del fútbol, son dos claros ejemplos. Nadie cree que pueda pasar hasta que de repente se dan cuenta de la realidad.