Alguien gritó desde la grada. ¡Qué lo tire Cervero! Se refería a la pena máxima con la que el colegiado castigo justamente una mano dentro del área del Zamora. Pero Cervero estaba en la grada, sancionado. Le tocaba el turno a Sergio Rodríguez. Le tocó y marcó, aunque el cancerbero adivinase el palo.
Un gol necesario. Para el equipo y para el jugador. Sergio demandaba una alegría después de varios partidos intentando marcar sin éxito. Y además, se lo merecía. Han sido mucho meses en silencio, trabajando a diario sin mayor recompensa que esperar a que fuera lunes para volver a ejercitarse, consciente de que no iba a jugar los domingos. No es fácil, máxime cuando estas en la cuesta descendente como jugador después de muchos de fútbol, mudanzas y kilómetros. Y durante todas esas semanas ha dado un ejemplo de profesionalidad, consciente de su rol en el equipo y moviéndose voluntariamente en un segundo plano. Luego, con ficha en la mano, ha actuado como se esperaba.
Además, el paso de los partidos le va haciendo un jugador de noventa minutos. El domingo se le notó mejor físicamente que en otros encuentros. Ahora juega más adelantado, donde el último pase cobra importancia, y ahí se desenvuelve bien. Algunos pueden pensar que jugar con un punta y un media punta (Sergio) es más defensivo, pero quizá es más letal que hacerlo con dos delanteros puros de área. Cuestión de gustos y también de mentalidad.
Por cierto, hablando de físico. No da la sensación de que el equipo esté muy entero. Le cuesta acabar los partidos y falta frescura en algunos jugadores que son determinantes por su rapidez. Quizá sólo sea una sensación, pero en León sufrió (por la incertidumbre del partido, que no por el peligro del rival) y ayer pasó algo similar. Posiblemente, también tenga que ver con aquello de no matar el encuentro cuando puedes. Sería mucho mejor no jugar tanto con marcadores tan ajustados, porque al final el disgusto puede llegar.
Y un apunte más. Me gusto, y mucho, David Ferreiro, el 14 del Zamora. Posiblemente, el mejor del partido, a pesar de que acabase expulsado. 22 años, hará 23 el próximo 1 de abril. Un futbolista muy interesante para la categoría.