(Incluye vídeo) Para Norman Dale, entrenador de instituto  en Hickory (Indiana) había tres palabras sagradas: equipo, equipo, equipo. Norman Dale en realidad era Gene Hackman y la película se llama ‘Hoosiers, más que ídolos’. No deja de ser una película sobre baloncesto y la unión entre un modesto equipo y un gran técnico al que su personalidad le había apartado de los banquillos. Sin embargo, siempre se pueden extraer conclusiones muy positivas, incluso de la imaginación del cine.
En este caso, Nacho Martín asume el papel de Norman Dale en la Unión Deportiva Logroñés. Lo importante es el equipo. Equipo, equipo, equipo. Nadie es imprescindible. El protagonista es el bloque, aunque siempre haya alguien cuya capacidad le permita marcar el rumbo.
Para muchos, la apuesta de Martín de ayer fue una sorpresa. El técnico la tenía meditada. Eso sí, si la UDL no hubiera ganado ayer, los palos le habrían caído por todos los lados. Resultados mandan. Pero más allá de una victoria fundamental por muchos significados, el mensaje es claro: juega quien lo merece; juega quien se lo gana; y cuando se juega, se juega de verdad. Si no, la grada es el destino. Por que no se rinde como se espera o por rotar. Llámenlo como quieren.
En el fútbol es necesario contar con jugadores hambrientos. Hambrientos de minutos, de protagonismo, de goles, de pases, de sentirse futbolistas. Y ayer se sumaron algunos hombres al once de la UD Logroñés que tenían hambre. Es lo mejor que podía pasarle al equipo. Ahora, quienes no acudieron al banquete se les abrirá rápidamente el apetito y memorizarán el menú: equipo, equipo, equipo.
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