¿Es acertado el cambio de discurso? ¿Es acertado comenzar a hablar del próximo partido sin mencionar play off o ascenso? ¿Por qué ha cambiado el discurso en la UD Logroñés? ¿Se ha creado una presión innecesaria?
Semana curiosa la que arrancó ayer. Incluso el domingo. «Algo debemos modificar porque esta línea no es positiva… Quizá es el momento de no pensar tanto en el play off y en el ascenso y sí en analizar la situación y ganar cuanto antes un partido. Creo que debemos mirarnos todos a la cara en el vestuario, poner la realidad sobre la mesa, valorarla y a partir de ahí comenzar a crecer», decía Sergio Rodríguez en Guijuelo.
En Logroño hay una enorme ansiedad por ascender. Desdes el primer día. La sombra del Logroñés es alargada. Pero ya no existe el club. Este lunes hablaba José Luis Gilabert de la situación creada por los años maravillos que ofreció el CDL y también por la herencia que ha dejado, sobre todo de exigencia. Un día haremos un profundo análisis en Penalti y Expulsión, en TVR.
Las expectativas creadas desde los despachos han sido elevadas desde el primera día. Y en esta ocasión, también desde el campo, desde los primeros días. Es la pescadilla que se muerde la cola. ¿Hay que vender que tenemos un gran equipo para aumentar la masa social? ¿O hay que decir la verdad? Un círculo vicioso del que es difícil salir. Los resultados deportivos lo tapan todo, pero cuando no llegan lo dinamitan.
¿Se cuenta con un buen equipo? Sí. Pero para jugar a fútbol. No es un bloque de pelea, de coraje, de genio, de agresividad. Son virtudes con las que se nace o no se tienen salvo que se maneje un grupo como Mou. ¿Como es posible que el Madrid corra tanto cuando hace unos meses resultaba hasta apático en el esfuerzo? Es otro nivel. Me gustaría saberlo.
Sin embargo, este equipo no ofrece dudas deportivas. Su problema está en la mente. Muy frágil. Se desmorona en cuanto recibe un directo. Cae sobre la lona, mira hacia arriba y se le nubla la vista. KO a la primera. La medicina está clara: dos victorias. Pero hay que lograrlas. Cinco partidos sin ganar son muchos para un aspirante según sus promotores.
«Quizá llega el momento de replantearse cosas, los de arriba cada día se alejan un poco más y la distancia cada vez perece más difícil de superar», admitía Pepe Calvo. Un buen tipo por lo poco que lo conozco, pero debe tener presente que la grada se volverá en su contra si los resultados no llegan.
Calvo es muy diferente a Nacho Martín. Félix Revuelta pide apoyo por escrito a la afición. Le pide que acuda el domingo a Las Gaunas y anime a su Logroñés. Me gusta. Necesita todo el apoyo del mundo. Cada vez escucho con más frecuencia a gente que SÍ sabe de fútbol que un equipo anímicamente débil sufre mucho más cuando le silban. “Y se oye perfectamente”, dice Calvo. Y Martín también los oía en el banquillo. Apoyo a muerte. Luego, como en los toros cuando arrastran al astado. Se protesta lo que haga falta.
Ahora bien, me hubiera gustado que esa carta de Félix Revuelta hubiera llegado mucho antes. Cuando Martín estaba en el banquillo. Se lo merecía. Sólo en el fútbol se pasa de héroe a villano en un partido. Sin embargo, el pasado no se puede alterar, pero sí el futuro. Ahora ya se escucha en Radio Macuto que José Ignacio será el próximo en salir del club. Quizá. eso sí, el equipo que ha hecho este año es superior al de los dos ejercicios anteriores… y con mucho menos dinero invertido.
Pero también me gustaría que Revuelta no se sintiera solo en esta aventura. La crisis es real para cerrar grifos. pero jamas las instuciones apoyaron tan poco al fúthol en Logroño. El miedo a las urnas les puede. Miedo o falta de personalidad. Al Logroñés de Segunda División se le subvencionaba con 100 millones de pesetas anuales (aproximadamente) cuando no existía el euro y se le cedía Las Gaunas para uso y disfrute sin pagar una peseta, salvo los gastos corrientes. A éste no. Y me da igual que el lugar de la UDL lo ocupase la SD Logroñés. Ninguno es ni será el Logroñés. Jamás. El CDL era único y no admitía discrepancias durante su existencia. A 90 kilómetros de Logroño, en Vitoria, con un equipo histórico, la Diputación ha firmado con el Alavés una subvención de 5 millones de euros para cinco años. Uno al año. La cifra, más o menos, que debe pagar el club anualmente para satisfacer el proceso de concurso de acreedores. Paga y con al agravante de que con dinero público se elimina una deuda privada. No están para eso las arcas públicas.
A este club le falta mucho para ser un club. Necesita más presencia en la ciudad. Demanda una directiva mucho más activa, una comunicación coherente, clara y que llegue a tiempo. Una relación (no digo mejor porque es inexistente) con el resto de los clubes de la ciudad. No siempre es necesario el dinero para llegar a acuerdos. Demanda gente que sepa de qué va el tema. Pero todo esto es secundario a día de hoy. Importa el partido de Zamora. Ni siquiera hablar de play off o de ascenso. Puede ser una forma de restar presión, aunque no debe confundirse con relajación, porque el descenso no está tan lejano. Y eso sí que presiona. Además, no se puede jugar a fútbol sin presión. Presión por jugar bien, por obtener resultados, por generar ingresos, por cobrar o no cobrar… Presión. «Hay que pasar página, hablar, reflexionar y levantar la cabeza», decía Pepe Calvo. Pasar página sí, pero hay que hablar y mucho. Y decirse las cosas a la cara. Y que haya una voz cantante, en el vestuario y en el campo. Como no la hay, es urgente fabricarla.