Un gol de Alain Barrón en una de esas jugadas marcadas por el agua dio el triunfo a la UD Logroñés ante el Izarra en un partido en el que los locales llevaron el mando, pero en el que jugaron con el resultado a pesar de que el cuadro navarro se mostró muy ineficaz en ataque. Aun así, y en los últimos minutos, pudo incluso empatar el partido en una de sus escasas ocasiones de gol. Con esta victoria, los hombres de Pepe Calvo se asoman una semana más a los puestos de cabeza. Con un campo como Las Gaunas, en el que el balón no rodaba, lo importante era vencer y se logró. Y como extensión, mirar la clasificación y sonreir.

Lo cierto es que la UDL pudo ganar por un marcador más abultado, pero lo que el agua da a veces también quita. Así se entiende que Juanjo no empujase el balón dos centímetros para marcar en la primera mitad después de un cabezazo de Quero en el segundo palo. Solo, sin nadie y sobre la raya de gol. Y no marcó. O que poco después, el colegiado anulase un gol a Iturralde al entender el línea que Alejandro había tocado el balón con la mano o había hecho falta en la jugada previa. Nadie vio nada, salvo el asistente. Pero lo anuló. Las Gaunas no presiona desde la grada y árbitros como éste, muy malo, se sienten cómodos. Y sus asistentes también eran pésimos. Acabaron aplaudidos cuando acertaban.

Pero esa misma agua que desorientó a Juanjo permitió que Barrón se hiciera con el cuero en  el primer minuto del segundo periodo para marcar. Jugada tonta. Balón en profundidad, rodilla a tierra del portero para atrapar el cuero, se le pasa por debajo las piernas, Barrón se hace con él y lo empuja a puerta vacía. Un error, un gol y una victoria. ¿Les suena en esta categoría? El ABC de muchos partidos.

A partir de ahí, la UDL se dedicó a contemporizar, pero el Izarra creció con los cambios, se adaptó mejor al césped y con muchas carencias llegó hasta Castilla. Empujó. La mayoría de las ocasiones sin generar peligro, pero en alguna de ellas sí que pudo marcar, pero es un equipo que adolece de calidad y eso se nota en días en los que el balón es ingobernable.

Así que, victoria, tres puntos, catorce en la tabla y a pensar en la próxima jornada. Partido práctico y rentable. Llegarán días en los que se deba exigir más a un bloque en el que reapareció Ubis y que echó de menos el hambre de Mario Barco en ataque, pero que sigue teniendo en Alain Barrón a su jugador fetiche: o da el pase de gol o marca