Soporífero partido el que se han tragado los héroes que han acudido a Las Gaunas. Ni unos ni otros, si bien la UD Logroñés tenía la obligación y necesidad de ganar este partido. El Real Unión está salvado y la UDL va a tener problemas para amarrar la permanencia. El empate es insuficiente, aunque hay quien piensa que es peor perder. No se descubre nada.
Fue un partido de nada, de no saber a qué jugar. Cuando un equipo quiere ganar busca el ataque. Por calidad o por empuje, pero lo cierto es que la UDL disparó una vez entre los tres palos durante los noventa minutos. Su fútbol ofensivo no existió en el primer periodo, en el que el Real Unión pudo adelantarse en el marcador. Tras el descanso, fue algo más incisivo el once riojano, sobre todo porque Iñaki se desdobló por su banda y creó las pocas ocasiones de peligro que se vieron en el partido. Eso sí, sin remates.
Y éste era un partido para reivindicarse. La plantilla quería salir al paso de las críticas a tenor de las palabras escuchadas a Pepe Calvo el sábado, pero quien se manifestó fue la afición, que tildó a los jugadores de mercenarios, pidió a Calvo que se vaya ya y también la dimisión de José Ignacio.
Al final, lo que queda es el resultado y este empate no hace sino sembrar más dudas acerca del final de temporada que espera a este equipo. Ahora le toca recuperar fuera lo que pierde en casa, pero sin una ambición ofensiva permanente y sin rematar a portería es imposible ganar en cualquier campo. Incluso en un entrenamiento. Cuando las decisiones se toman tarde o no se toman, las consecuencias pueden ser de un impacto mucho mayor del esperado. Y todo ello sin olvidar que Sergio López salvó el empate con su intervención en el último minuto. El remate de cabeza lo protagonizó Moscardó.