Escribía el pasado domingo en Diario La Rioja acerca del poder de la televisión para sugestionar y lo ligaba con torneos como el de San Bernabé, el Memorial Hermano Benito, por citar algunos de los que se llevan a cabo en la geografía riojana, que presume de grandes instalaciones. No hay respuesta masiva del aficionado. Las entradas se salvan gracias a los familiares de quienes juegan, de algunos aficionados al fútbol, que no a equipos punteros, y de representantes que intentan garantizarse el futuro con savia nueva.
¿De verdad hay afición al fútbol en Logroño? ¿En La Rioja? Serías dudas arrojan lo que vemos en los campos riojanos. En la ‘elite’ del fútbol de esta Comunidad, un equipo ve mermar su masa social y el otro no crece como esperaba con el salto de categoría. Falta de afición, precios, crisis,… Díficil identificar a un único culpable y más sencillo decantarse por un grupo de culpables. ¿Es el fútbol caro? Dicen que el español, de los más caros de Europa. ¿Vale un abono 200 euros? ¿Y una entrada para ver un partido de Tercera 10 euros?
Vengo a reflejar estas ideas porque leo que el Villarreal, equipo singular en su gestión, oferta abonos a 100 euros, sí a 100 euros, para ver toda la temporada de Primera División. El conjunto castellonense tiene unas ideas muy propias, pero también es cierto que cuenta con un mecenazgo que sin él no se entendería un equipo que ha jugado recientemente en Europa, que ha difrutado de grandísimos jugadores, en una población que supera ligeramente los 50.000 habitantes. Un tercio de los que viven en Logroño. Así, 5.400 localidades de El Madrigal han salido a la venga por menos de 140 euros. Dicho de otra forma, 7,3 euros por partido de Liga. Y si se amplía el abanico, 14.340 entradas están por debajo de los 250 euros. Un 65% del aforo de El Madrigal. 13,1 euros por partido. Ver el partido Varea-Laudio costaba en taquilla 15 euros y en venta anticipada, 10 euros. Para los socios, 5. (Fijense en el plano de El Madrigal y en el color amarillo)
Más allá de los Pirineos, el Bayern de Munich oferta un abono para esta próxima temporada a 140 euros. Es el más barato y seguramente el peor, pero no está nada mal si se tiene en cuenta que sobre el césped está el actual campeón de la Liga y Copa alemanas y de la Liga de Campeones.
Ver a la UDL esta temporada costaba para un adulto entre 100 y 200 euros; a la SDL. entre 120 y 170 euros. En Segunda B. Y entre ambos no han sumado 3.000 espectadores en muchos partidos.
Entonces, ¿qué falla en el fútbol riojano? ¿Es un problema de afición? ¿De dinero? ¿De desinterés? ¿De estructura? Difícil saberlo. Después de ver vivir torneos como el del Valvanera, el del Comillas, el más clásico del Berceo, el Campenato de España de fútbol 8 y otras muchas citas la sensación que queda es que, primero, nos regimos por envidias y no nos gusta que el competidor progrese; segundo, nos cuesta mucho pagar un euro por ver el torneo del Comillas o tres por ver el de San Bernabé; tercero, somos aficionados a un club y no al fútbol en general; cuarto, hay un hartazgo absoluto de la situación actual, pero solo en privado; y quinto, que me quede como estoy porque también es verdad que a muchos no les interesa que cambie la situación actual. Y no hablamos del negocio en el que se han convertido las categorías inferiores y el interés por reclutar niños. Pagar 600 euros anuales más un buen puñado de gastos derivados de la temporada que sitúa la cifra por encima de los 1.000 es una auténtica salvajada. Y se están pagando. Eso sí, en esta ocasión no es el mundo del fútbol.