La palabra posesión está en boca de todos. Posesión sinónimo de superioridad. Posesión, sinónimo de buen gusto ; posesión, sinónimo de fútbol exquisito; posesión, sinónimo de egocentrismo. Pero, ¿da la posesión la victoria?
En fútbol, como en cualquier otro deporte, es más fácil ganar si tienes el balón y si juegas bien. Nadie lo discute, pero tener el balón no significa jugar bien. Y el Real Madrid ha sido el encargado de desmontar todo el entramado. Primero, con el Barcelona; ahora, con el Bayern. Los dos llevan el sello de Pep Guardiola.
En los últimos años se ha hecho creer que si no tienes el balón en los pies no sabes jugar al fútbol. El Bayern le dio un baño de posesión al Madrid en los primeros 45 minutos del Bernabéu, pero no tiro a puerta. De hecho, los blancos pudieron irse al vestuario con más de un gol de ventaja . El martes, el Madrid fue infinitamente superior al cuadro alemán, que, eso sí, tuvo el 70% de la posesión. ¿Disparos? Dos en 90 minutos. La gran mentira reside en el significado de posesión.
El Barcelona de Guardiola tenía el balón, arrasaba en porcentaje de posesión, pero sobre todo contaba con unos jugadores (Xavi, Messi, Iniesta, etc.) capaces de mover el cuero a una velocidad inalcanzable para el rival, pero al borde del área. Ahí está la superioridad de la posesión. Tocar en defensa no significa nada.
Guardiola se marchó al Bayern. Llegó a un acuerdo con un entrenador, Jupp Heynckes, aún en el banquillo. Pepe es un tipo listo. Era su primera experiencia fuera del Barcelona y eligió un destino ‘cómodo’ como es el Bayern. El grande de Alemania, gobernado por ex jugadores. Un oasis. Y además, sin competencia. Porque cuando un equipo gana la Liga a falta de media docena de partidos, o más, y sin perder es que no hay competencia. A Guardiola comenzó a pincharle la cómoda butaca de su banquillo antes de sentarse en ella. Heynckes se destapó con la triple corona y le puso el listón insuperable salvo que Pep añadiera a los tres títulos la Copa de Baviera, por aquello de la nostalgia con la Copa Cataluña. Luego le incomodaron las críticas de los alabados ex jugadores, comenzando por Beckenbauer, que no ha dudado en atizarle. Y luego le ha incomodado su propio orgullo. El técnico perfecto que se presenta en alemán correcto después de muchas horas de estudio que tienen su origen en que no respetó a su antecesor en el banquillo. Uno no aprende alemán de un día para otro. Y ese orgullo le ha obligado a imponer su estilo en el Bayern.
Los alemanes pueden tocar y tocar, pero no tienen esos jugadores de pase eléctrico en la línea de tres cuartos que rompen a cualquier defensa. El Bayer no tiene a Xavi , Iniesta, Messi,… Y así ha encorsetado a un equipo que tiene que marcar goles desde dentro del área y después de un sinfín de toques. Recuerdo de pequeño que siempre me preguntaba por qué los futbolistas españoles no tiraban desde fuera del área cuando veía a los alemanes hundir a nuestros equipos con lejanos cañonazos. Si repasan el vídeo del partido verán la cantidad de opciones de disparo que rechazó el Bayern al borde del área por querer dar cinco toques más. El entrenador inteligente es el que adapta su libro a los jugadores que tiene; el altivo, el que adapta a todo un equipo (que no ha confeccionado, además) al suyo.
A Guardiola habrá que agradecerle la llegada de ese fútbol que hizo jugar a las mil maravillas al Barcelona y que ayudó a que la España del tiki taka ganase dos eurocopas y un Mundial, pero llegará un día en que España tendrá que modificar ese estilo porque no tendrá los jugadores adecuados. Al Barcelona ya le está pasando. Puyol no tiene sustituto; Xavi, tampoco; y veremos que pasa con Iniesta y Messi en un par de años. Es así. El Barcelona ha logrado reunir a una camada irrepetible de la que se aprovechó Pep y viceversa. Pasarán muchos años antes de que se repita un grupo como éste porque no se fabrican jugadores de esa calidad todos los días. Ni en la intocable Masía. Otra mentira. El estilo de la Masía es el estilo de Xavi, Iniesta y compañía. No es una tradición. Solo un dato para los engañados: en la final de Wembley, en la que el Barcelona gana su primera Copa de Europa (1992), solo hay dos jugadores de la Masía: Ferrer y Guardiola. Entonces, ¿dónde está la tradición? ¿O ahora quince años de trabajo en una línea se convierten en tradición? Entonces, el Barcelona fichaba porque no tenía jugadores en la cantera con la suficiente calidad para ascender al primer equipo y ganar títulos; en los últimos años no lo ha necesitado; pero cuando vuelva a tener esa urgencia, fichará y dejara la Masía en segundo plano.
El Real Madrid es el equipo de los atletas, que no de jugadores. Guardiola lo ha menospreciado, pero ese equipo le ha metido cinco goles a su Bayern, el mismo que subió a los altares tras endosarle siete al Barcelona en semifinales de la pasada Liga de Campeones. Su virtud es que juega a lo que sabe jugar y su técnico se ha adaptado a lo que había, no ha impuesto su innegociable forma de entender el fútbol. Eso sí, a los exquisitos del fútbol no les gusta. Competir significa también marcar a balon parado o al contragolpe. Y el Madrid dio unal lección en ese sentido. Guardiola admitía tras el partido que el problema de la derrota no residía en la posesión, sino en que no controlaron el encuentro ni el juego. Entonces, ¿para qué quiero un 70% de posesión? En sus reflexiones asume también que igual su Bayern no puede jugar como su Barcelona porque no tiene a los mismos jugadores. Pep, de las derrotas se aprende. Y como es un tipo listo, aprenderá y seguirá cosechando títulos. Lo que no se sabe es con qué equipo, porque allí donde vaya necesitará clonar a su Barcelona y eso es imposible.