Hacía mucho tiempo que la sala de prensa de Las Gaunas no presentaba un aspecto como el de esta mañana. Muchos medios de comunicación en un espacio habituado al silencio y a la presencia de cuatro gatos. Carlos Pouso habló largo y tendido en su primer acto oficial como entrenador de la UD Logroñés. Su presentación duró prácticamente una hora; hasta la fecha, en ese tiempo se despachaban media docena de ruedas de prensa como mínimo.

Pouso firma por dos temporadas. Llega solo y busca segundo y preparador físico. Cuenta con Sergio Ranero, técnico de porteros. Y llega para estar entre los mejores, aunque no haya dicho abiertamente que peleará por el ascenso. Quizá, mejor, porque es una palabra maldita en este club, pero también es verdad que hay que ilusionar a una masa social desencantada. Pouso, por sí solo, se encarga de ello y en este sentido el club ha dado un golpe de efecto muy interesante. Eso sí, se le juzgará por sus resultados, no por su imagen, verbo o simpatía. De Miranda salió a hombros, pero cada etapa es diferente.

Pouso se pondrá a trabajar la próxima semana. Quiere dar las bajas lo antes posible, es decir, comunicar a aquellos jugadores que acaban contrato si se les ofrecerá la renovación o no. Asegura que tiene una larga lista de jugadores que pueden llegar a Logroño. “Hasta seis por puesto”, afirma, pero no intervendrá en los fichajes. El dice a qué jugador quiere y el club trabaja en su contratación. Serán del entorno de La Rioja. Jugadores vasco, navarros, cántabros, castellanos,… La economía también manda. Es ambicioso en su propuesta, porque cuando habló de fichajes no dudo en incluir en su dicurso a jugadores que ahora están en temporada en categorías superiores. Un desliz o una filtración para llamar la atención. El tiempo dirá. A Pouso le han fichado para llevar al equipo a las primeras plazas y pelear en ellas a lo largo de toda una temporada. El vizcaíno no promete nada, salvo trabajo diario. No ha fichado a nadie, pero advierte al que tenga que venir que si no trabaja a diario “no durará ni una semana con él”.