No hay nada que produzca tanta satisfacción como la victoria. Anula todo lo que conlleva alcanzarla. La UD Logroñés se sugestiona con el triunfo para dejar en segundo plano su fútbol, con un rumbo muy definido, pero sin claridad en las maniobras que debe poner en práctica para alcanzar la tierra prometida. Ha vencido al Avilés (1-0), al que ya ganó en la primera vuelta. Ha vuelto a ganar. Ha cerrado el ciclo de tres rivales asturianos con el único resultado que le faltaba por firmar, la victoria, pero si bien se fue del césped entre aplausos, bien pudo irse entre pitos, como al descanso, si Camochu no hubiera rematado espectacularmente el balón que le sirvió Titi desde la banda derecha.
La UD Logroñés ha vuelto a ganar. Y lo ha hecho con su imagen más clásica: con un punta tanque y bandas rápidas. Ahora bien, sin renunciar a su propuesta más actual, con más juego interior. Andaban los blanquirrojos en los últimos partidos con un dilema para el espectador: jugar por dentro con Chevi y Muneta o jugar por fuera, por las bandas. Sin embargo, circular el balón hacia el lateral a modo de limpiaparabrisas no es jugar por banda. Profundizar, desbordar y generar peligro, sí. Pero es que esta UD Logroñés había caído en la confusión de cómo llegar al área. Abusa en exceso del balón en largo de los centrales, en especial de Moisés; las bandas no tenían profundidad y por dentro no había juego porque Muneta y Chevi no acaban de formar la esperada sociedad. Así es complicado jugar y, sobre todo ofensivamente.
Sin embargo, el gol tiene mucho poder. Lo tiene todo. Camochu marcó un gran tanto y se reinvidió después de pagar el empate ante el Compostela (3-3) hace cinco semanas y fallar una pena máxima. Pero el gran protagonista fue Miguel Martínez de Corta, con dos magníficas manos a disparos de Badín y Borja García. En el segundo, el sistema de contención hizo aguas. Por eso, el gol manda y la victoria sugestiona hasta convencer. Y ese gol tiene el gol del más puro clasicismo. Sin duda alguna la mejor jugada del partido de los riojanos, en la que tocaron el balón cuatro jugadores asntes de que éste llegase a Titi y sacase un centro precioso y con rosa (no un despeje) para que Camochu se adelantase a la zaga avilesina y marcase. Lo dicho, clasicismos puro.
A partir de ahí todo cambio. La grada perdió la apatía y recuperó la pasión, la tensión y la alegría. Y todo por el gol. Es así. Y los análisis varían según se gane o se pierda porque en el fútbol manda la victoria. Y eso es lo que ha pasado en Las Gaunas. Ahora bien, ya no solo juega la UDL en el Municipal, sino que también lo hace allá donde estén Guijuelo y Racing de Ferrol. Ambos han ganado y los riojanos siguen fuera del play off, que es la tierra prometida para ellos, si bien Cultural, Compostela y Valladolid han perdido y les beneficia. Y si llegan, dará igual cómo lo hayan conseguido, si a remo, a vela o a motor. Ahora bien, puestos a elegir, mejor con las ideas claras y menos sufrimiento, aunque también habrá quien diga que lo importante es el triunfo y jugar bien, quién juega bien. Y no le faltará razón.