El 26 de julio del 2014, la UD Logroñés se presentaba en Las Gaunas. El primer proyecto de Carlos Pouso. El Eibar acudía a la cita y salía victorioso del envite (0-3) ante un millar de espectadores. Prácticamente un año después se repite la cita. El Eibar acude a Logroño para ser el invitado de excepción de la UD Logroñés. Un millar de espectadores en el Municipal han visto el triunfo armero (0-1). Triunfo por la mínima en el único remate entre los tres palos del cuadro vasco.
El marcador apenas importa. Se valoran las sensaciones. La UD Logroñés está centrada en el 23 de agosto. Falta un mes. Pero siempre es bueno competir. Hasta media docena de ocasiones han tenido los hombres de Carlos Pouso para marcar. No lo han hecho.
El técnico ha dado salida a todos sus jugadores. Treinta minutos sobre el césped. Todos salvo Santelices. Cuarenta y cinco minutos. El partido deja detalles. Adrián León, que apunta a ser pieza ofensiva, jugó de central, como en el Avilés; Rico comenzó en la medular, pero pasó al centro de la zaga; Camochu jugó de media punta, por detrás de Jordan, vertical cuando olfatea el gol. Pudo marcar tras un magnífico balón de Míchel al espacio, a la carrera. Mediavilla lo impidió. Titi, pegado a la derecha, también tuvo el gol, pero su intento de vaselina se fue desviado. Y Míchel, más intenso que la pasada campaña por estas fechas, acarició el gol, primero, y sirvió un magnífico balón a Alegre, después, dentro del área pequeña. Detalles.
Si continuidad poco se puede ver. Y ahora no hay continuidad, hay trabajo, piernas cargadas y ganas de acabar el día en busca de una sombra agradable. Agradable resulta ver el desparpajo de Guillermo, que llega del Haro; el trabajo de Chevi en recuperación y salida; o la personalidad de Pere Milla, capaz de dar instrucciones a Iker Alegre a pesar de llevar dos días en el club. Milla también ha llamado a la puerta de gol, pero el portero vasco envió el balón a saque de esquina. Fueron algunos apuntes. Otros llegaron desde atrás. Hasta en tres ocasiones ganó la espalda Carlos Fernández a los centrales armeros con balones en largo y medidos de Herreros. No acertó en ninguna de ellas, pero dejó patente que tiene facilidad para esas acciones, al igual que para tocar de cabeza en busca de apertura a la banda. Un referente ofensivo de más movilidad, de los que gustan a Pouso. No fía todo a la fuerza, también a la pillería y al criterio.
Sin embargo, el resultado queda ahí. Arruabarrena se metió entre Herreros y Zubiri en busca del balón al segundo palo. Cabezazo y gol. La calidad marca diferencias y si es en la definición cotiza a miles de euros. Uno juega en primera y los otros en Segunda B.
El triunfo es la anécdota en este caluroso julio. Los detalles no. El gol servirá para corregir, por ejemplo. Apuntes que comienzan a poblar y a completar el cuaderno de notas que se abrió el pasado 14 de julio. Han pasado nueve días. Quedan cinco semanas para llegar al punto de partida. Y algunos de esos detalles son ya muy interesantes.