El 9 de julio, La UD Logroñés se reunía en Vitoria con representantes de clubes vascos y navarros con el reto de cambiar la composición de los grupos de Segunda B. Reto lleno de ilusión, pero estéril, pues la Federación Española rara vez suele rectificar. En aquella reunión, el Racing de Santander mostró su negativa, a través de la Federación Cántabra, a modificar esos grupos ya que consideraba que el que le había tocado en suerte era más fácil que una hipotética competición con equipos vascos. Es más, se consideraban favoritos absolutos a la primera plaza. Quizá, al final de la Liga sea primero, como aventuraban, pero por ahora el Racing se debate en una zona de la tabla que no comtemplaba, máxime cuando llegaba a esta categoría desde Segunda División.
Leo en el Twitter Javier Barbero, de Onda Cero Santander que “teniendo mejor plantilla, el Racing ha perdido porque el rival es un equipo. El Racing está lejos de serlo”. Una diferencia sutil, porque una plantilla no siempre es un equipo. Comparaciones al margen, y teniendo en cuenta que a Carlos Pouso le gustó el Racing más que la UD Logroñés, la realidad es que la UDL sí es un equipo. Incluso dos gracias a la plantilla que ha confeccionado.
Ganar siempre es importante; ganar en Santander, más, por lo que significa el Racing de Santander. La UD Logroñés ha ganado con la misma arma que utilizó para abrir el marcador ante el Coruxo: el balón parado. La estrategia es fundamental en esta categoría. Da muchos puntos y quita si cometes errores. Una vez más Titi. Y Borja García. Balón al área y vuelo del cántabro. Y si es importante marcar a balón parado básico es disponer de jugadores que ponen el cuero donde desean. Milla lo hizo hace siete días, Titi, ayer; y Muneta cumplió ese papel frente al Linares, con el balón que puso en la cabeza de Birane Ba.
La UD Logroñés sigue en la zona alta. Por momentos parece que hay paralelismo (en sensaciones) entre el Mirandés que ascendió a Segunda con esta UD Logroñés. Ahora bien, como dice el técnico vasco, este conjunto está en el kilómetro 4 de una carrera de 38 más el añadido, que pueden ser dos o seis. Pouso pone la cordura, la calma, no despega los pies del suelo y no permite que nadie lo haga. Buenas palabras para el rival, pero recuerda que el que se ha llevado los tres puntos es la UD Logroñés. Posiblemente, el proyecto de Carlos Pouso es a dos años, aunque la inquietud y en el ansia existente lo viera a una temporada. Tal y como se están desarrollando los acontecimientos, sí que da la sensación de que es a dos. Ahora bien, la temporalidad no garantiza el éxito.
Por ahora, el cuadro riojano ha hanado tres de los cuatro partidos que ha jugado en Liga; perdió en A Malata en los últimos compases. Y a ese triunfo se suma el cosechado en la Copa del Rey ante el Linares, paso previo a la tercera ronda que se sorteará el viernes 18 de septiembre y, sobre todo, al sueño de juga en octubre en Las Gaunas frente a un rival de competición europea.