Hace cinco semanas, el Gernika peleaba por salir de la zona de descenso; después de su victoria de esta tarde, llama a las puertas de la fase de ascenso, de la que le separan cuatro puntos. ¿Qué ha pasado? Simplemente, que ha entrado en una dinámica victoriosa y acumula cinco triunfos consecutivos que le han cambiado la vida.
Sin duda alguna es el reflejo de un espejo en el que la UD Logroñés anhela mirarse. Cierto que no ha perdido en el Stadium Gal de Irún; cierto que se medía al segundo clasificado y le plantó batalla; cierto que debutaba entrenador en su banquillo después de una semana acelerada; cierto que estrenaba sistema tras unas pocas unas horas de trabajo; cierto que las lesiones modificaron los planes, tanto antes del partido como durante el mismo; todo eso es cierto, como también lo es que no ha ganado. Suma tres semanas sin perder, con una victoria y dos empates, pero la cuestión es si el punto a punto le sirve para alcanzar un objetivo en el que se reafirmó Rafa Berges el pasado martes. No tenía que hacerlo, pero lo hizo.
A estas alturas de la película deportiva nadie duda de la capacidad defensiva del equipo, aunque ha encajado muchos goles por errores individuales. Ahora bien, tampoco nadie duda de que a este equipo le falta gol. Dispone únicamente de Mendi en punta y en esta larga travesía ha marcado uno. Evidentemente, sus compañeros también tienen algo que decir. A lo largo de estos últimos días, como de los anteriores, la plantilla ha dejado patente sus problemas para llegar al área rival con peligro. Las sesiones de trabajo no se traducen en un aluvión de goles. Esa es la realidad. Y si el problema existe durante la semana, existe durante el partido, salvo que se ponga tan de cara como ante el Castilla, si bien eso pasa una vez entre muchas. Diecinueve goles a favor en diecisiete partidos. Cifra incluso normal, aunque si se cambia la cuenta y se recuerda que nueve de esos diecinueve tantos han llegado en dos partidos, diez se han marcado en quince partidos. La perspectiva varía.
Amorebieta, en descenso y por tanto extremadamente peligroso para la UD Logroñés, es el próximo equipo que visita Las Gaunas. El año deportivo concluirá en Guernica. Quizá sea un buen día para arrebatar al cuadro vizcaíno el espejo en el que se mira y se ve victorioso. Así se podrán encarar tres semanas sin fútbol con las ideas muy claras de lo que se pretende hacer con este equipo. El entrenador joven y con hambre deportiva ya está en Las Gaunas. Falta lo demás.