Media hora ha durado el partido que la UD Logroñés y Tropezón han jugado en Las Gaunas (4-1). El tiempo necesario para que los locales hayan marcado cuatro goles y hayan arruinado las ilusiones del equipo cántabro. Los blanquirrojos hicieron su trabajo a destajo y luego se desconectaron pensando en que los tres puntos se quedaban en casa y quizá en el compromiso de Santiago de Compostela, el próximo sábado. La segunda mitad, con múltiples cambios en los locales, de hombre y de posiciones, fue el escenario propio para que el Tropezón marcase un bello gol (Fresno) y para que Miguel se reconciliase con la grada. El portero resolvió con acierto todo el trabajo que tuvo, que no fue mucho, pero sí de peligro.

Menudo, Iker Alegre, Iñaki en propia puerta y Camochu cerraron el duelo por la vía rápida. Carlos Pouso soprendió con Titi en el lateral derecho y Zubiri en el centro de la zaga. Rico y Jacobo van a ser el dúo inamovible en el centro el campo. El primero aporta fuerza en la salida y contagia; el segundo, respeto defensivo. Ambos dan equilibrio al bloque. Alegre jugó por la derecha, Menudo por la izquierda y Camochu por detrás de Eduardo Ubis. Todo fue demasiado sencillo. Visto y no visto. Toque y llegada. Había tensión por ganar un partido que se debía ganar y así fue. El Tropezón no supo qué pasaba y para cuando se enteró el partido estaba resuelto.

Así, la segunda mitad fue un trámite para los locales y una cuestión de orgullo para los visitantes. Con cinco en defensa, los cántabros se sintieron más cómodos. La UDL dio paso a Hererros en la zaga, con Zubiri en el lateral izquierdo. El de Autol necesita minutos. Luego apareció Amaro, ausente, y Abaroa, como compañero de Jacobo. Rico pasó al lateral derecho, Titi adelantó su posición, Alegre pasó a la izquierda y Menudo acabó en punta. La UD Logroñés perdió la medular, se desajustó y el rival buscó el toque en corto apelando a la sorpresa a la espalda de Herreros y Zubiri. Sin embargo, el gol no llegó por profundidad, sino por una gran golpeo de Fresno desde fuera del área. Quizá Miguel estaba un poco adelantado, pero el gol es mérito del punta cántabro, no demérito del portero local.

Un disparo al larguero de Menudo, un lanzamiento lejano de Alegre en busca de la sorpresa y alguna escaramuza por banda ha sido el bagaje de un periodo carente de ritmo, aunque no esconda el anecdótico desajuste local propiciado por un marcador amplio.

Segunda victoria consecutiva, siete puntos, seis goles en tres partidos y con la mente puesta en el Compostela, que abrirá un periplo que llevará a la UDL a Murcia en pleno San Mateo (si se confirma el partido del día 24 de septiembre) y se cerrará el 28 en Las Gaunas con la visita del Somozas.