Fermín Sobrón ya es jugador de la UD Logroñés. Lo es seis meses después de no alcanzar un acuerdo para renovar. Lo es para lo que resta de temporada y dos más, hasta el verano del 2017. La jugada es perfecta para el portero de Baños de Río Tobía, que militó hasta el pasado 30 de junio en el Juvenil División de Honor. Diferente es el papel que ha jugado el club en esta historia. Carlos Pouso ya tiene dos porteros. Quiere tres, aunque Aitor Navarro tiene agotado el tiempo en la UDL ya que la legislación le impide volver a un club en el que ya ham militado.
Fermín conoce perfectamente el club. En las últimas campañas trabajó con el primer equipo y jugó en Juvenil. La negociación para renovar contrato durante el verano fue tensa y al final ambas partes no alcanzaron un acuerdo. En Nájera ha conocido el ritmo de Tercera División. Ha disputado 16 partidos, pero llega a la UD Logroñés como sombra de Miguel Martínez. De no acceder a la pretensiones del joven portero, la entidad ha pasado a firmarle un contrato por tres temporadas, incluida la actual. ¿Qué ha cambiado en seis meses? Entre otras cosas, la necesidad el club. Y si quieren la pésima gestión de fichajes en la portería.
Una vez más, la UD Logroñés cometé un error en los despachos. Nadie en el club conocía que no se puede repescar en la misma temporada a un jugador que ya ha sido tuyo. Y Aitor fue convocado contra el Astorga. Se marcha Marc Martínez, porque quiere y porque el club lo permite ya que tiene a Aitor Navarro en la recámara y está pactada su vuelta. Pero luego debe recurrir al Juvenil para completar la convocatoria ante el Langreo. Y ahora se topa con la urgencia de fichar a otro guardameta, Fermín, a la par que debe decidir qué hacer con Aitor Navarro esta temporada porque en la UDL no puede jugar. Error, desconocimiento,… Un despiste le costó un serio disgusto a la UDL ante el Lleida, que empató sobre el campo el partido y acabó perdiéndolo en los despachos.
Desvela Carlos Pouso, que asume el error, que en la Federación Española de Fútbol desconocían esta norma. Resulta totalmente creíble porque en Madrid están más atentos a los saraos del fútbol espectáculo que a las dudas del fútbol modesto como es el de Segunda B. La conclusión es que el perjudicado es el club, en este caso la UD Logroñés.
Carlos Pouso siempre ha querido tres porteros. De momento tiene dos. Uno muy experto e indistutible y otro que conocer la categoría en el día a día, pero no la competición del domingo. Y todo ello para encarar la segunda vuelta, los meses en los que se pondrá en valor lo hecho hasta ahora. No quiero pensar que se lesione Miguel. El marrón para el joven Fermín será tan mayúsculo como el cabreo de alguno.